La restricción de exportación a siete minerales raros desbarató por completo la guerra comercial de Trump contra China
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Bruno Sgarzini
diario-red.com 31/07/25 |12:00
En Ginebra y Londres, una delegación estadounidense y otra china se sentaron a negociar en medio de las tensiones comerciales. La reunión había sido acordada por la urgencia de las empresas armamentísticas, y otras compañías, estadounidense para acceder a un mineral raro llamado samario, entre muchos otros, usado para fabricar los imanes, resistentes al calor, empleados en misiles no guiados y aviones militares. Un f-35 Lockheed Martin, por ejemplo, lleva un total de 22 kilos de samario, según algunas estimaciones.
Hasta la reunión, el samario, como otros minerales raros, estaba bajo un estricto control de exportaciones de China, en respuesta a una prohibición estadounidenses de venta de chips avanzados hacia las tecnologías del gigante asiático. Desde su imposición en abril, solo un 25% de las exportaciones de minerales raros habían sido aprobadas por las autoridades chinas, lo que había provocado una ola de paralizaciones de industrias automotrices, en otras, en Estados Unidos, Europa y Japón. Para el final de las negociaciones, ambas delegaciones consiguieron lo que querían; Estados Unidos, una liberación de las exportaciones de estos extraños minerales y China, una apertura a las importaciones de chips avanzados por parte de las tecnológicas chinas. En el medio, miles de minerales chinos y equipos de chips de Nvidia fueron contrabandeados para sortear las restricciones durante estos meses.
Beijing tiene la cuota mayoritaria en tierras raras y grafito al refinar y producir un 85% de la producción total, según la Agencia Internacional de Energía.
El episodio, por supuesto, reveló la capacidad de Beijing para utilizar su control de los minerales raros, y estratégicos, con el fin de forzar a sus rivales geopolíticos a ceder en la mesa de negociaciones. Beijing “tiene la cuota mayoritaria en tierras raras y grafito al refinar y producir un 85% de la producción total. En cobalto, un 65%, en litio un 55% y en cobre y níquel, el 40% y el 35%, respectivamente”, según un informe de la Agencia Internacional de Energía de 2021. Todos estos recursos, de una y otra manera, son usados para las baterías de autos eléctricos, los paneles solares e imanes resistentes al calor para chips avanzados, entre muchos usos. Para Gabriel Merino, autor del libro China en El Desorden Mundial, la restricción de exportaciones, de 7 de los 17 minerales que componen las tierras raras, “obligó a Trump a bajarse de sus pretensiones iniciales y negociar en otros términos más cercanos a los intereses de China”.
En el último tiempo, la Administración Trump ha lanzado una serie de tratados minerales (y comerciales) con países, como Ucrania, la República Democrática de El Congo, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, para que las compañías estadounidenses alcancen en esta carrera a las chinas. También ha amenazado con anexionarse Groenlandia, un país administrado por Dinamarca rico en recursos minerales estratégicos, y anunciado el financiamiento de la principal compañía de minerales raros en Estados Unidos, MP Materials, a través del Pentágono.
Pero todo parece indicar que Beijing está cerca de sacar otro cuerpo más de ventaja en esta carrera. En 2024, por ejemplo, las adquisiciones mineras chinas en el extranjero alcanzaron su nivel más alto en más de una década: en total se cerraron 10 operaciones por valor de más de 100 millones de dólares, la cifra más alta desde 2013, según un análisis de datos de S&P y Mergermarket. A principio de año esta tendencia continúo cuando la empresa china Zijin Mining anunció su intención de adquirir una mina de oro en Kazajistán por 1.200 millones de dólares, y la minera Appian vendió su mina de cobre y oro Mineração Vale Verde en Brasil al grupo chino Baiyin Nonferrous por 420 millones de dólares.
En 2024, por ejemplo, las adquisiciones mineras chinas en el extranjero alcanzaron su nivel más alto en más de una década
China domina el procesamiento de los minerales más críticos —tierras raras, litio y cobalto— pero debe importar gran parte de las materias primas. El gobierno chino solía seleccionar un comprador por cada proceso de venta de activos y respaldar a ese grupo. En los últimos cuatro años permite que los grupos chinos compitan entre sí. "Esto implica que ya no temen perder ante Occidente", según Christoph Nedopil, experto en inversiones chinas en el exterior y director del Griffith Asia Institute. Para John Meyer, analista de la firma de asesoría corporativa SP Angel, China ha concretado acuerdos "para mantener a Occidente fuera de ciertos materiales críticos que dominan". En su opinión, “cada vez que alguien se acerca a la minería de litio, los chinos vienen con una chequera".
Gran parte de este control del suministro de minerales raros, y estratégicos, también se debe al fuerte financiamiento chino a las compras de minas en el extranjero. Según una investigación de AidData del College of William & Mary de Estados Unidos, los bancos comerciales y de políticas chinos, junto con entidades privadas chinas y algunos grupos no chinos, emitieron préstamos por un valor de casi 57 mil millones de dólares entre 2000 y 2021. Estos fondos se destinaron a la compra de minas y plantas de procesamiento de cobre, cobalto, níquel, litio y tierras en 19 países de ingresos bajos y medios.
Captura de pantalla 2025-07-28 a las 2.29.53 p. m.“La investigación muestra que más de tres cuartas partes del financiamiento para minerales del Estado chino (a través de deuda y capital) se canalizó a proyectos en los que entidades chinas tenían participaciones de propiedad en empresas conjuntas y vehículos de propósito especial. Estas entidades tienen control a largo plazo sobre la extracción y el procesamiento de depósitos minerales estratégicos, incluido el cobre de la República Democrática del Congo y Perú, así como las reservas de níquel de Indonesia y de litio de Argentina”, según The Financial Times. Rubén Darío Guzzetti del Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos (IADEG) sostiene que la estrategia de Beijing es el empleo de empresas mixtas con otros Estados, o privados, para conseguir concesiones mineras. “En cada caso actúan distinto de acuerdo contexto con alianzas con compañías públicas, o extranjeras, con presencia en países donde están los recursos que les interesan. También se adaptan a las normativas, y el marco de negocios de cada nación, como sucede en Argentina con el el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), creado por el presidente Javier Milei”.
Para el sociólogo Gabriel Merino, Beijing tiene una estrategia de desarrollo vinculada la alta tecnología que necesita de estos minerales raros. “La ventaja que tiene es su modelo de acumulación basado en sus planes quinquenales de desarrollo, centrados en la extracción, producción y refinamiento de tierras raras, y el impulso a las empresas públicas en este sector. ¿Qué compañía, por ejemplo, es la principal productora de tierras raras del mundo? Una entidad estatal llamada China Northern Rare Earth Group”, según él.
El proceso de consolidación de este sector, que duró más de una década, le dio a Beijing una mayor supervisión y al mismo tiempo frenó parte del daño ambiental causado por la minería ilegal e imprudente, según David Abraham, profesor afiliado de la Universidad Estatal de Boise, en Idaho. En el pasado, una cadena de suministro ilegal de mineros corruptos entregaba el mineral a instalaciones de separación no autorizadas, y los productos terminados luego eran camuflados y enviados al extranjero, según Abraham. Se estima que en 2014 se introdujeron de contrabando al extranjero aproximadamente 40.000 toneladas métricas de óxidos de tierras raras, la mitad de las exportaciones oficiales. Si bien este número se redujo de forma considerable con los controles, el contrabando sigue siendo un problema. Tanto así que las autoridades chinas revelaron que, en medio de las restricciones a las exportaciones, hubo ventas a Estados Unidos de minerales raros, como el disprosio, a través de redes ilegales y organizaciones criminales.
China también ha utilizado su sistema de cuotas de producción, introducido en 2006, para controlar la oferta. Las cuotas abarcan la minería, la fundición y la separación. Generalmente se emiten dos veces al año y se monitorean ampliamente como un indicador del suministro global. Pekín ha reducido gradualmente el acceso a las cuotas y en 2024 solo los dos grupos estatales eran elegibles, en comparación con los seis anteriores. China ha desacelerado drásticamente el crecimiento de la oferta a partir de 2024, cuando la cuota total de producción minera creció solo un 5,9% interanual, frente a un aumento anual del 21,4% en 2023.
Mientras que en la industria de los imanes resistentes al calor, usados para automóviles, misiles no guiados, chips avanzados, Beijing ha logrado concentrar el 90% de la producción después de atraer compañías de Estados Unidos y Japón, como Proterial, Shin-Etsu Chemical Company y TDK Corporation, por su acceso a grandes cantidades de minerales raros. Las autoridades chinas, además, han ideado una política para reducir y controlar la cantidad de compañías de refinación de minerales en China. “Cuando China inició su ofensiva en el sector hace unos quince años, había cientos de mineros y procesadores. Para 2013, diez productores controlaban casi toda la minería. Hoy en día, solo existen dos gigantes estatales: China Rare Earth Group y China Northern Rare Earth Group High-Tech”, según la agencia Reuters.
Es que para Beijing es estratégico aumentar la “dependencia de otros países respecto a su cadena de suministros internacionales para contrarrestar y disuadir” las sanciones comerciales, o restricciones, por parte de naciones extranjeras, según lo dijo el propio presidente chino Xi Jinping en 2020.
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