La guerra geopolítica que libran ahora mismo EEUU y China gira en torno a un metal estratégico: el galio
En la década de los 70 EEUU comenzó a utilizar el galio en el desarrollo de chips para aplicaciones militares avanzadas
Actualmente China produce aproximadamente el 94% del galio bruto del planeta
Juan Carlos López
El galio es un metal muy especial. Sus propiedades fisicoquímicas lo hacen idóneo para ser combinado con otros metales con el propósito de fabricar un tipo especial de circuitos integrados denominados semiconductores de banda ancha. Estos chips tienen tres propiedades que los hacen muy valiosos para intervenir en la fabricación de equipos militares avanzados: soportan voltajes, temperaturas y frecuencias más altos que los circuitos integrados de silicio convencionales.
Durante la década de los 70 la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EEUU (DARPA) dedicó muchos recursos al desarrollo de semiconductores en los que estaba involucrado el galio debido al potencial que tenía en proyectos de tecnología militar. El arseniuro de galio (GaAs) interpretó un papel fundamental en el desarrollo del sistema de posicionamiento global (GPS), y también en la puesta a punto de radares y armas de precisión.
Actualmente el nitruro de galio (GaN), que también cuenta con el respaldo de DARPA, se está utilizando para fabricar radares de última generación que son capaces de identificar con precisión objetos más pequeños, rápidos y numerosos a más distancia. Cada uno de estos radares incorpora varios miles de chips en los que interviene el galio. Todo lo que acabamos de ver nos invita a llegar a una conclusión evidente: el galio es un metal esencial para EEUU. Pero este país no es la única superpotencia militar del planeta.
China está utilizando metales estratégicos como herramienta geopolítica
El 3 de julio de 2023 el Ministerio de Comercio de China anunció que se estaba preparando para imponer nuevas restricciones que condicionarían la exportación de galio y otros metales. Estas medidas entraron finalmente en vigor el 1 de agosto de 2023. A priori que un país dificulte la exportación de uno o varios de los metales que produce no tiene por qué desencadenar una catarsis global, pero en este escenario hay un dato que no podemos pasar por alto: China monopoliza la producción de galio. De hecho, hasta 2022 acaparaba el 98% del galio bruto mundial.
Para el país liderado por Xi Jinping este metal tiene un valor estratégico equiparable al que tiene para EEUU debido a su potencial en aplicaciones militares. Pero, además, el control de la exportación de galio permite a China responder a las sanciones a las que EEUU y sus aliados están sometiendo a este país asiático en el ámbito de la industria de los semiconductores. Sea como sea el Gobierno de Xi Jinping está lanzando un mensaje muy contundente dirigido a EEUU y sus aliados: China está dispuesta a utilizar los metales estratégicos cuya producción controla como herramienta geopolítica.
El control de la exportación de galio permite a China responder a las sanciones de EEUU y sus aliados
Los trece meses que han transcurrido desde que entraron en vigor las restricciones a la exportación de galio han tenido consecuencias serias. La más evidente es que la cadena de suministro global vinculada a la electrónica y la industria de defensa se ha visto profundamente alterada. Y, además, como os explicamos hace apenas una semana, el precio del galio y el germanio, que es otro elemento químico que también tiene una gran relevancia estratégica, se ha disparado.
En la práctica el coste del germanio se ha incrementado desde los 1.200 dólares por kg durante el primer trimestre de 2023 hasta los 2.600 dólares por kg en el tercer trimestre de 2024. El precio del galio ha subido algo menos, pero la diferencia también es significativa. De hecho, su coste se incrementó de alrededor de 300 dólares por kg a principios de 2024 a unos 530 dólares por kg actualmente. Desde el pasado 1 de agosto de 2023 los productores chinos deben conseguir una licencia de exportación si quieren sacar de China el galio, el germanio y sus derivados.
En esta coyuntura EEUU no se ha quedado de brazos cruzados. No puede permitírselo. El control del galio ya ha contribuido al desarrollo militar de China. El objetivo de la Administración liderada por Joe Biden es reducir los riesgos que conlleva el control de la cadena de suministro por parte de China y proteger sus propias cadenas de suministro minimizando su dependencia del país gobernado por Xi Jinping. No obstante, lograrlo en las circunstancias actuales no es fácil.
El primer paso que ha dado EEUU requiere invertir en su capacidad de extracción y refinamiento de galio dentro de sus propias fronteras. Además, está cooperando con sus aliados para incrementar la capacidad de extracción y refinamiento de este metal en el extranjero. No obstante, aún hay más. EEUU está impulsando el desarrollo de tecnologías que permitan reciclar el galio para aliviar la presión a la que está siendo sometida la cadena de suministro global. Y, por último, el Gobierno de Joe Biden promueve el sostenimiento de una reserva mínima de un año de galio destinado específicamente a la industria de defensa. Veremos qué sucede durante los próximos meses en este ámbito, pero pinta interesante.
Imagen | TSMC
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