Los seres humanos tenemos una base neuronal común para juzgar lo que está bien y lo que está mal
Tenemos dos perspectivas éticas dentro del cerebro, marcadas por nuestra ideología.
EMF/Redacción T21
El cerebro tiene unas neuronas especializadas en los razonamientos éticos que reacciona con patrones específicos a cada dilema moral. Esta reacción está condicionada por la ideología política, que otorga juicios diferentes sobre el mismo dilema ético según sea su tendencia, liberal o conservadora.
La moralidad es una de las características más distintivas de los seres humanos. Nos permite distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, y nos guía en nuestras decisiones y acciones.
Sin embargo, la moralidad no es algo simple ni uniforme. Existen diferentes aspectos de la moralidad, como el cuidado, la justicia o la lealtad, que pueden entrar en conflicto o variar según las personas o las culturas.
¿Cómo se relacionan estos aspectos entre sí? ¿Existe algo que los unifique? ¿O son tan diversos que requieren distintas formas de pensar? Estas son algunas de las preguntas que se han planteado filósofos, psicólogos y neurocientíficos durante siglos.
NUEVA APROXIMACIÓN
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara, liderado por René Weber, ha tratado de responder a estas cuestiones utilizando una de las teorías más prolíficas de la psicología moral: la Teoría de las Bases Morales (MFT, por sus siglas en inglés).
Según esta teoría, los humanos poseemos un conjunto de fundamentos morales innatos y universales, que se activan ante diferentes tipos de violaciones morales. Estos fundamentos son: el cuidado, la justicia, la libertad, la lealtad, la autoridad y la pureza.
La Teoría de las Bases Morales sostiene que el razonamiento moral es más bien una intuición social, que depende de las emociones, la motivación y la cultura.
Esta teoría ha sido utilizada para explicar las diferencias ideológicas entre liberales y conservadores, así como las distintas opiniones sobre temas polémicos como el aborto o el matrimonio homosexual.
Basándose en esta teoría MFT, los autores de la nueva investigación estudiaron intensivamente a 64 individuos mediante encuestas, entrevistas y resonancia magnética funcional mientras juzgaban la gravedad de varios comportamientos moralmente relevantes, como copiar en un examen o tomar café con una cuchara, en vez de beberlo.
Juzgamos el mundo y a los demás según nuestro modo de entenderlos. /GENERADOR DE IMÁGENES DE LA IA DE BING PARA T21/PRENSA IBÉRICA, DESARROLLADA CON TECNOLOGÍA DE DALL·E.
REGIONES CEREBRALES IMPLICADAS
Los resultados, publicados en Nature Human Behaviour, revelaron que el razonamiento moral activa una red general de regiones cerebrales que se solapan con las implicadas en la Teoría de la Mente, una habilidad cognitiva y social que nos permite detectar y comprender estados emocionales, tanto los propios como los de otras personas.
Al analizar los datos con más detalle, los investigadores descubrieron incluso que cada fundamento moral generaba un patrón distinto de actividad cerebral, lo que sugiere que el cerebro procesa diferentes cuestiones morales a través de diferentes vías neuronales.
Por ejemplo, el fundamento del cuidado activaba regiones asociadas al procesamiento emocional y empático, mientras que el fundamento de la justicia activaba regiones relacionadas con el razonamiento lógico y abstracto.
Además, observaron que las personas con distintas ideologías políticas (liberales o conservadoras) mostraban diferentes respuestas neuronales ante el mismo asunto moral.
Estos hallazgos apoyan una visión pluralista del razonamiento moral, que reconoce la diversidad y la complejidad de la moralidad humana.
Al mismo tiempo, muestran que existe una base neuronal común para juzgar lo que está bien y lo que está mal, que podría facilitar el diálogo y el entendimiento entre personas con diferentes puntos de vista.
VISIÓN MÁS COMPLETA
El estudio, además, enriquece la Teoría de la Mente con la Teoría de las Bases Morales, al mostrar que existen diferentes dimensiones morales que el cerebro trata de forma diferenciada.
El estudio, por tanto, aporta una visión más completa y matizada de la moralidad humana, al combinar dos teorías complementarias desde una perspectiva neurocientífica.
Además, es uno de los primeros en combinar una aproximación teórica rigurosa con una metodología experimental avanzada para explorar el funcionamiento del cerebro moral.
Los autores esperan que su trabajo contribuya a avanzar en el conocimiento sobre los mecanismos neuronales del razonamiento moral, así como a mejorar las aplicaciones prácticas en campos como la educación, la política o la ética.
_________________
REFERENCIA
Moral foundations elicit shared and dissociable cortical activation modulated by political ideology. Frederic R. Hopp et al. Nature Human Behaviour (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41562-023-01693-8
_________
Fuente: