Arévalo, quien debe enfrentar desde ahora toda una ‘emboscada’ de la ultraderecha liderada por el impresentable gobierno de Giammattei, prometió seguir los pasos de su padre quien gobernó esa nación centroamericana hace 72 años
Bernardo Arévalo de León, presidente electo de Guatemala.
POR AXEL SCHWARZFELD /
El candidato del progresista Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo de León, ganó este domingo 20 de agosto la segunda vuelta electoral en Guatemala con el 58,9 % de los votos ante Sandra Torres Casanova, del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), quien obtuvo el 36,2 %. El balotaje marcó el fin de 12 años de gobiernos de derecha en el país centroamericano.
En los últimos meses, el candidato fue blanco de una persecución por parte del Ministerio Público, que intentó proscribir al Movimiento Semilla para evitar que compitiera por la Presidencia de la República.
Los guatemaltecos acudieron a unos comicios ensombrecidos por las maniobras de una muy cuestionada Fiscalía para dejar sin validez la candidatura del Movimiento Semilla. Estas elecciones adquirieron además una relevancia mucho mayor después de que Arévalo rompiera con todos los pronósticos al lograr pasar a la segunda vuelta. En aquel momento algunas encuestas lo situaban octavo entre las predilecciones del electorado.
El ahora Presidente electo se ganó en el último tiempo la aceptación, principalmente de la población urbana, por sus promesas anticorrupción y su carácter conciliador, además de ser hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo, quien entre 1945 y 1951 impulsó grandes cambios para la población guatemalteca.
La jornada electoral
“Guatemaltecos, este es el momento de votar con alegría, vayamos a votar temprano”, expresó Arévalo de León, después de sufragar en el Colegio La Patria, ubicado en el centro de la Ciudad del país. En tanto, la candidata de UNE había pedido honestidad en el proceso electoral por algunas “anomalías que hemos estado denunciando”, según indicó Torres en breves declaraciones a periodistas tras emitir su voto, sin dar más detalles al respecto.
En la recta final de la campaña, Torres había puesto en duda la limpieza del balotaje, al afirmar que había extranjeros y partidarios de Arévalo en el sistema de cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE). La exesposa del expresidente Álvaro Colom Caballeros compitió por tercera vez por la Presidencia, tras perder en los balotajes de 2015 y 2019 frente a Jimmy Morales y el actual mandatario, el cuestionado Alejandro Giammattei, respectivamente.
La magistrada del TSE, Blanca Alfaro, anunció durante la jornada electoral que estaba considerando seriamente presentar su dimisión este martes 22 de agosto, tras denunciar amenazas previas contra ella, el magistrado Gabriel Aguilera y sus respectivas familias.
Según informó el New York Times, el año pasado Alfaro denunció ante responsables de la Embajada de Estados Unidos que ella y el resto de miembros del pleno habían recibido sobornos del inescrupuloso presidente saliente Giammattei desde finales de 2021. “No renuncié antes porque era el momento de cumplir con el país y terminar esta elección”, subrayó la magistrada ante los medios y dijo que consideraba someterse a cualquier juicio “como una ciudadana común y corriente”.
La pugna con la Fiscalía
Desde la primera vuelta en junio pasado, el Ministerio Público guatemalteco intentó detener la candidatura de Arévalo por un supuesto caso de firmas falsas. Sin embargo, a los abogados de Semilla no les permitieron acceder a los archivos con las supuestas pruebas, al tiempo que las acusaciones fueron cada vez más contradictorias e interpretadas como pretensiones de impedir que llegue al poder.
La situación provocó la visita del secretario general de la deslegitimada Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, para verificar el panorama electoral. Esa entidad condenó a lo largo de estos meses la “persecución política” contra Semilla, mientras que Estados Unidos subió progresivamente el tono y llegó a señalar que lo que ocurre en Guatemala es propio de las dictaduras. Además, la cúpula del Ministerio Público está sancionada por la Casa Blanca por corrupción. Pese a ello, el fiscal Rafael Curruchiche afirmó hace pocos días que no descarta allanamientos, arrestos o levantamiento de fueros a integrantes del partido, incluido Arévalo.
El futuro del país
Para el analista político guatemalteco Renzo Rosal tras estas elecciones habrá “escenarios de mucha turbulencia” en las siguientes semanas para el ganador de estos comicios presidenciales. “Antes de que estemos hablando de gobiernos, lo primero es que seguramente habrá varios obstáculos supuestamente jurídicos, pero evidentemente políticos, que tendrá que sortear. Es decir, si la cancelación del partido va o no va, si el proceso de persecución a su dirigencia va o no va”, indicó.
Arévalo, quien debe enfrentar desde ahora toda una ‘emboscada’ de la ultraderecha liderada por el impresentable gobierno de Giammattei, prometió seguir los pasos de su padre quien gobernó esa nación centroamericana hace 72 años, para mejorar la educación, reducir la violencia y atacar la pobreza, que afecta al 59 % de la población. Anunció también que no legalizará el aborto libre ni el matrimonio igualitario, pero no permitirá la discriminación ni estigmatización por género ni religión.
Respecto al intento de los últimos meses por parte del Ministerio Público para invalidar la candidatura del representante de Semilla, Rosal indicó que la participación de la cartera “fue totalmente atípica. Nunca habíamos tenido ese nivel de intromisión, de poder alterar las competencias que tiene ese Ministerio como tal y poder convertirse en la ‘gran piedra en el zapato’. Es uno de los factores fundamentales que configuró y enrareció mucho este proceso electoral 2023”, señaló.
Entre los primeros mandatarios latinoamericanos en felicitar al nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, estuvieron Gustavo Petro de Colombia y Andrés Manuel López Obrador de México.
Página/12, Buenos Aires.
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