Henry fue instalado en 2021 por el Grupo Central (liderado por Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU y la OEA) tras el asesinato del impopular presidente Jovenel Moïse. Éste fue ultimado por una conspiración entre el partido en el poder, narcotraficantes, mercenarios colombianos y los servicios de inteligencia gringos
Ángel Guerra Cabrera
Soldados estadounidenses llegan en helicóptero al palacio presidencial de Puerto Príncipe el martes 19 de enero de 2010. (Foto AP/Gregory Bull)
Haití es el pionero de las luchas de independencia de nuestra América(1804) y el protagonista de la única revolución antiesclavista triunfante en la historia universal. Pero ha debido pagar muy cara su osadía mediante una serie de intervenciones militares y golpes de Estado promovidos por Estados Unidos, Francia y otras potencias, la última bajo bandera de la ONU y se llamó Minustah (2004-2017). Ahora existe el peligro de una nueva intervención y un grupo de organizaciones cobijadas por el Instituto Tricontinental llaman a la solidaridad con el país hermano en una declaración que resumo a continuación:
De 11.4 millones de haitianos, 4.6 millones sufren inseguridad alimentaria y 70 por ciento están desempleados. El primer ministro y presidente en funciones Ariel Henry subió los precios del combustible durante esta crisis, lo que provocó la protesta y profundizó el movimiento.
Henry fue instalado en 2021 por el Grupo Central (liderado por Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU y la OEA) tras el asesinato del impopular presidente Jovenel Moïse. Éste fue ultimado por una conspiración entre el partido en el poder, narcotraficantes, mercenarios colombianos y los servicios de inteligencia gringos.
Helen La Lime, representante del secretario general de la ONU, dijo en febrero al Consejo de Seguridad que la investigación sobre el asesinato de Moïse se había estancado. El 15 de octubre, Estados Unidos presentó un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad en el que se pide el despliegue inmediato de una fuerza multinacional de acción rápida.
Desde la revolución haitiana de 1804, las fuerzas del imperialismo han intervenido militar y económicamente contra los movimientos populares que buscan acabar con el sistema neocolonial.
Una nueva intervención de este tipo en nombre de los derechos humanos sería catastrófica para el pueblo haitiano, cuyo avance está siendo bloqueado por bandas creadas y promovidas por la oligarquía haitiana, apoyadas por el Grupo Central, y con armas de Washington. ¿Cómo puede solidarizase el mundo con Haití? (https://bit.ly/3DlUf9G)
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