Estos bosques de algas ofrecen hábitat, alimento y refugio a una amplia variedad de organismos marinos, además de
capturar dióxido de carbono
Pablo Javier Piacente
Escondidos bajo el agua se encuentran enormes bosques de algas y algas marinas, que se extienden mucho más de lo que pensábamos anteriormente. Según un nuevo estudio, abarcan un área que duplica la superficie de la India y son mucho más productivos de lo que se pensaba hasta hoy.
Un estudio global dirigido por un equipo de investigadores de la Universidad de Australia Occidental descubrió que los bosques oceánicos, también conocidos como bosques submarinos, se encuentran entre los ecosistemas más productivos de la Tierra y abarcan un área superior a la del Amazonas. La investigación ha sido publicada recientemente en la revista Global Ecology and Biogeography.
Algunos de los bosques oceánicos más productivos, que en conjunto duplican la extensión de la India, incluyen el Gran Bosque Marino Africano, que se extiende alrededor del extremo sur de África, y el Gran Arrecife del Sur, un sistema de arrecifes dominados por algas marinas que cubre el tercio inferior de Australia. De acuerdo a una nota de prensa, solo estos dos bosques producen hasta cuatro veces más biomasa que la mayoría de los cultivos que se desarrollan en la actualidad.
La biomasa es un tipo de energía que se produce naturalmente, y que puede recuperarse para ser aprovechada, tanto en términos energéticos propiamente dichos como para la producción de alimentos: las plantas transforman la energía solar en energía química a través de la fotosíntesis, y un porcentaje de esa energía química queda almacenada en forma de materia orgánica. Dicha energía química puede recuperarse y, por ejemplo, transformarse en combustible. Otra parte de la producción, la materia orgánica, puede utilizarse con fines alimenticios.
UNA IMPORTANCIA SUBESTIMADA
La productividad e importancia para el planeta de los bosques submarinos ha sido pasada por alto hasta hoy. Según indican algunos de los científicos a cargo del nuevo estudio en un artículo publicado en The Conversation, la mayoría de los bosques submarinos de algas y algas marinas, que se extienden por todo el mundo, ni siquiera tienen nombre.
Los especialistas indicaron que este bioma de macroalgas se distribuye globalmente como una delgada franja alrededor de las costas. Las macroalgas se están expandiendo en áreas polares, subpolares y tropicales, donde su extensión potencial probablemente aumente la contribución general de los bosques submarinos al secuestro global de carbono.
También concluyeron que los bosques oceánicos son un bioma de gran trascendencia y claramente subestimado, con un área global que llega a los 7,22 millones de kilómetros cuadrados, dominados por algas rojas. Además, alcanzan tasas de producción primaria neta (NPP, según las siglas en inglés) de 1,32 Pg C/año, dominada en este caso por algas pardas. Vale recordar que la productividad primaria neta es la producción primaria bruta de un ecosistema, menos la tasa de pérdida de energía debida al metabolismo y el mantenimiento.
Solo algunos de los bosques submarinos más productivos del mundo, como el Gran Bosque Marino Africano (GASF) y el Gran Arrecife del Sur (GSR), han sido reconocidos y nombrados. /CRÉDITO: CARLOS M. DUARTE ET AL (2022).
“PULMONES” DE LA VIDA SUBMARINA
En términos ecológicos, los bosques submarinos también son claves como hábitat y modo de subsistencia para una enorme diversidad de organismos marinos. Cumpliendo una tarea similar a la que llevan adelante los árboles en la superficie, las algas marinas sustentan, incluso en un sentido literal, a muchas formas de vida submarina.
Por ejemplo, las especies grandes como el bambú de mar poseen estructuras llenas de gas que funcionan como pequeños globos y permiten crear grandes pabellones flotantes, en los cuales encuentran refugio muchas especies. Otros organismos dependen de los tallos fuertes de las algas para mantenerse erguidos y sostener sus hojas fotosintéticas. En tanto, las algas doradas en el Gran Arrecife del Sur de Australia, por ejemplo, cubren el lecho marino en forma de un tapiz natural.
Para los científicos australianos, aprovechar la inmensa productividad de las algas marinas podría ayudar a alcanzar la seguridad alimentaria mundial en el futuro: el estudio proporciona información sobre dónde se puede esperar un mayor crecimiento al ampliar la acuicultura de algas marinas en las zonas costeras. Al mismo tiempo, al asimilar grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, los bosques submarinos podrían desempeñar un papel vital en la mitigación del cambio climático.
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REFERENCIA
Global estimates of the extent and production of macroalgal forests. Carlos M. Duarte et al. Global Ecology and Biogeography (2022). DOI:https://doi.org/10.1111/geb.13515
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