Una de las raíces de los mayores problemas en el mundo es la "sobreacumulación de capital" a costa de los recursos naturales.
“La inequidad se ha profundizado: los ricos se volvieron más ricos, y los pobres, no más pobres en un sentido absoluto, pero sí más desempoderados, con una mayor sensación de ser desechables."
Fernando Camacho Servín
El geógrafo, urbanista y teórico social marxista David Harvey abundará hoy en los temas que adelantó para La Jornada, durante su participación en un foro internacional de cultura y urbanismo en el Museo de San Ildefonso en la CDMX. Foto Pablo Ramos
Urge resolver con planes de largo plazo la gestión del agua urbana, asegura
Las grandes ciudades de América Latina se han vuelto cada vez más inequitativas y en ellas se destinan recursos millonarios a megaproyectos que significan auténticos "puentes hacia la nada", pues no tienen ninguna utilidad para resolver las necesidades de las mayorías y sólo benefician a grandes constructores.
Así lo advirtió el geógrafo, urbanista y teórico social marxista David Harvey, quien señaló que las crisis del acceso al agua en ciudades como Monterrey deben solucionarse con estrategias de planeación a largo plazo, además de sistemas gubernamentales de supervisión al uso que le dan las compañías privadas a dicho recurso natural.
Recién llegado al país, donde hoy participará en un foro organizado por las secretarías de Cultura federal y de la Ciudad de México, el investigador británico charló con La Jornada acerca de los temas que lo han ocupado desde hace décadas, entre ellos el "derecho a la ciudad" y cómo el neoliberalismo ha transformado los entornos urbanos.
Ser "desechable"
Al analizar la desigualdad existente en la gran mayoría de las urbes latinoamericanas, Harvey considera: “La inequidad se ha profundizado: los ricos se volvieron más ricos, y los pobres, no más pobres en un sentido absoluto, pero sí más desempoderados, con una mayor sensación de ser desechables. Creo que la gente piensa que tiene un rol insignificante. Hay como una suerte de alienación y enojo en las calles. Es como decir ‘¿para qué me molesto en hacer algo, si lo que hago no importa? Estoy tan apurado lidiando con la vida cotidiana, que no me interesa nada más’”, lamentó.
Respecto de fenómenos como la "gentrificación" de zonas urbanas y la aparición de "burbujas" inmobiliarias, el autor de Una breve historia del neoliberalismo y Urbanismo y desigualdad social advirtió que las ciudades son espacios cada vez más segregados para sus habitantes en función de qué tanto dinero tengan.
“La provisión de casas mediante el mercado funciona muy bien para la población adinerada, pero falla totalmente para cubrir las necesidades de la más pobre. En Nueva York, por ejemplo, hay un boom de edificios nuevos, pero para personas que ganen 100 o 300 mil dólares al año, cuando 50 por ciento de los habitantes gana menos de 40 mil dólares. ¡No pueden costearse una casa y el mercado los expulsa!”.
Harvey consideró que una de las acciones fundamentales para esta problemática es “un sistema viable de vivienda social, pero eso no va ocurrir si lidiamos con el coro neoliberal que dice ‘si algo no se puede hacer a través del mercado, entonces no es posible en lo absoluto’”.
Los "puentes hacia la nada"
Para el académico de las universidades John Hopkins y de la Ciudad de Nueva York, las grandes inmobiliarias y constructoras tienen el único objetivo de generar ganancias, aunque "mucha inversión se destine a proyectos espectaculares, pero absurdos, que no resuelven la vida diaria".
Mencionó el “nuevo aeropuerto al sur de Madrid, que costó 2 o 3 mil millones de dólares y al final fue una total fantasía. Ningún vuelo llegaba ahí, no hay nada ahí y se fue a la bancarrota. A pesar de eso, los desarrolladores y otros ganaron mucho dinero haciendo lo que llamamos un ‘puente hacia la nada’”.
Hoy en día, recalcó Harvey, "tenemos cada vez más infraestructura así: megaproyectos espectaculares que no le ayudan a la gente. Los inversionistas apuestan a proyectos que no son rentables por la sencilla razón de que van a tener un superávit y a crear muchos empleos".
En contraposición, para que las grandes ciudades sean viables es necesario que las autoridades hagan planes de largo plazo y generen la infraestructura básica necesaria para resolver problemas reales.
"En Estados Unidos no están al corriente con la infraestructura de largo plazo. Tenemos una austeridad impuesta por el sistema y no le hemos dado mantenimiento al Metro, que hoy está en crisis en Nueva York".
Mejor gestión del agua
Consultado sobre cómo enfrentar las crisis de abasto de agua que ya sufren Monterrey y otras grandes urbes, Harvey señaló que la escasez ya afecta también a Sao Paulo y Los Ángeles, debido al cambio climático, por lo que es urgente implementar estrategias de reciclaje y planeación para las siguientes décadas.
En este marco, consideró que el decreto firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para garantizar el abasto del líquido en Nuevo León debería formar parte de una estrategia integral para hacer un mejor uso y distribución del agua. "El que esto funcione va a depender de lo que hagan las autoridades y la población local", apuntó.
Para Harvey, el hecho de que las empresas privadas manejen el agua no es necesariamente malo, porque hay experiencias positivas en Francia y Gran Bretaña, pero subrayó que "debe haber un aparato regulatorio de supervisión, para que el agua llegue a la gente de forma adecuada, en cantidad suficiente y con un sentido social".
Una de las raíces de los mayores problemas en el mundo es la "sobreacumulación de capital" a costa de los recursos naturales. “El resultado es la pestilencia, las guerras, las enfermedades. Hay un boom de la minería y el extractivismo, como en el caso del litio y otros metales en Latinoamérica, pero esa acción es más destructiva que constructiva”.
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