Lo que será muy problemático para Arce y Choquehuanca y para todos los candidatos del MAS es ir a una elección frente un gobierno militarizado, asesino de 35 indígenas, que practica la persecución política...una prensa nacional totalmente plegada a los golpistas con gran complicidad de la internacional
1. Bolivia, elecciones en dictadura
Ángel Guerra Cabrera
La ofensiva imperialista yanqui contra los pueblos de nuestra región está entrando en una nueva fase; en algunos países, con claros ribetes fascistas. Aunque no es el único síntoma, el obsesivo afán de Estados Unidos por matar de hambre e insalubridad a los pueblos de Venezuela y Cuba, sólo para impedir que ejerzan el sagrado derecho humano a la autodeterminación, es un clarísimo ejemplo de ello. También lo es la cínica y alocada cruzada antiterrorista en América Latina convocada esta semana en Bogotá por el secretario de Estado Pompeo y el subpresidente Duque, tomados de la mano con su títere Juan Guaidó.
Precisamente por ese contexto tan hostil y antidemocrático, toma mayor relevancia política la designación de Luis Arce y David Choquehuanca como candidatos a presidente y vicepresidente de Bolivia por el Movimiento al Socialismo(MAS) en las elecciones del 3 de mayo próximo.
Evo Morales promovió la postulación del dúo en una nutrida reunión celebrada en Argentina entre cuadros del MAS y representantes del Pacto de Unidad de los movimientos sociales bolivianos. Estos, que originalmente proponían a Choquehuanca para la primera posición y al joven líder cocalero del trópico de Cochabamba Andrónico Rodríguez para la segunda, convinieron con los inteligentes razonamientos de Evo en busca de mayor unidad, representatividad y rendimiento electoral. El objetivo es lograr la victoria en primera vuelta como se hizo el 20 de octubre, cercenada entonces por el supuesto fraude jamás demostrado por la OEA, que abrió la puerta al golpe de Estado.
El líder aymara explicó que con el binomio Arce-Choquehuanca se consigue la unión entre el campo y la ciudad, la unión del conocimiento científico con el milenario del mundo indígena. Subrayó también que con Arce se asegura la economía, hombre que salvo por un breve periodo fue ministro del ramo de los tres gobiernos de Evo y sin duda, el creador del exitoso modelo económico que permitió no sólo crecer económicamente muy por encima de los demás países de América Latina y el Caribe y de muchos otros, sino sacar de la pobreza y la pobreza extrema a millones. Desde su más temprana juventud Arce militó en el Partido Socialista-1 del insigne Marcelo Quiroga Santa Cruz. Sus primeras lecturas de economía no fueron en las aulas universitarias sino en círculos de estudio de teoría marxista. A ello unió estudios de licenciatura y una maestría en ciencias económicas por la Universidad de Warwick, Inglaterra. Catedrático universitario, se sumó a la primera campaña electoral de Morales en 2005, laboró dentro de su primer gobierno tan pronto fue electo y al poco tiempo asumió la cartera de economía que detentó casi ininterrumpidamente por casi 14 años. Por su parte, David Choquehuanca es uno de los hombres más cercanos a Evo desde que éste lideraba a los cocaleros del trópico de Cochambamba, también inició las luchas estudiantiles y los estudios marxistas desde muy joven, a la vez que ganaba prestigio como asesor de sindicatos campesinos y se preparaba académicamente con estudios de posgrado en antropología e historia y más tarde en derechos de los pueblos originarios. Canciller con Evo durante 11 años, Choquehuanca ocupó luego la secretaría de la Alba y ha sido un gran impulsor de los derechos de la Pacha Mama a partir de la cosmogonía de los pueblos originarios.
Es evidente la superioridad moral, política, intelectual y humana de este dúo sobre la miríada de aspirantes opositores: el neofascista cruceño Luis Fernando Camacho, el neoliberal consagrado Carlos Mesa, el supertítere de Estados Unidos Tuto Quiroga y otros por el estilo. Ha trascendido que hasta la autoproclamada quiere ser candidata, que es como decir la nada.
Lo que será muy problemático para Arce y Choquehuanca y para todos los candidatos del MAS es ir a una elección frente un gobierno militarizado, asesino de 35 indígenas, que practica la persecución política por el solo hecho de opinar distinto, que mantiene presos militantes del MAS, activistas, o simplemente indígenas, en no pocos casos sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes como el ex ministro de gobierno Carlos Romero. Encima, una prensa nacional totalmente plegada a los golpistas con gran complicidad de la internacional. Existen importantes funcionarios del gobierno del MAS asilados en la embajada de México en La Paz, a los que se niega el salvoconducto para abandonar el país. El MAS ganaría la elección hoy según todas las encuestas. Pero la gran pregunta es si el supuesto gobierno transitorio cuya exclusiva función era pacificar el país y convocar elecciones está dispuesto a devolver el poder a los salvajes, como los calificó la señora Áñez, en caso de que éstos obtengan la victoria electoral. La pregunta no es ociosa puesto que los golpistas han dado rienda suelta al racismo, un giro brusco a la política exterior y de seguridad, ahora totalmente subordinadas a Estados Unidos, colocado las empresas públicas al servicio de amigos y parientes. Actúan como si fueran a permanecer mil años.
Twitter: @aguerraguerra
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2. Dictaduras online
Alexander Escobar
El mejor truco realizado por el Diablo fue convencer al mundo de que no existía y así... desaparecer". (Los sospechosos de siempre 1995).
Las dictaduras nunca han operado bajo las sombras. Sus crímenes han sido de pleno conocimiento desde el mismo momento que toman el poder a la fuerza. El carácter sombrío habita en el papel que juega la comunidad internacional y los medios de comunicación que hacen del discurso un dispositivo para justificar y normalizar el crimen.
Convertir la injusticia y toda criminalidad en rituales de lo necesario, de lo inevitable, de lo justificable sin importar la sangre derramada, es función de publicistas y periodistas que operan como proxenetas que venden asesorías, estudios y estrategias propagandísticas del pánico y el odio, formas de colonización enfocadas a los territorios mentales de sociedades que ahora son regidas por libretos que la dictadura neoliberal reparte a gobiernos y medios de comunicación del capitalismo.
La sociedad sometida a la domesticación emocional del statu quo se autorregula justificando bombardeos, masacres y leyes que secuestran la dignidad de pueblos y comunidades. Ya sea con discursos a nombre de la democracia, la seguridad, la libertad, la moral o Dios, la imposición del miedo, el odio y la ignorancia sobre la sensatez, llevan al poder a presidentes como Donald Trump en Estados Unidos e Iván Duque en Colombia.
Lo afirmado podrá sonar como un pesimismo sombrío, o desfasado ante el optimismo del horizonte de la protesta social que en el 2019 tomó realce en algunos países latinoamericanos, entre los que se destaca, principalmente, Chile. Sin embargo, la realidad demuestra que, a pesar de la aguerrida y ejemplar resistencia el pueblo chileno, el régimen se mantiene, no intacto, pero se mantiene. Y Sebastián Piñera, actual presidente, no será derrocado, será cambiado en su momento.
Por tanto lo anterior implica caracterizar este momento histórico para desarrollar una pedagogía política donde el despertar de un importante sector poblacional no sea solo para futuros trabajos de historia y sociología, sino que sirva para fortalecer procesos organizativos en una generación que, además de arrebatar el Gobierno a la derecha en las próximas contiendas electorales, sea testimonio de la derrota ideológica y física del neoliberalismo en su país, ahora y para siempre hasta llegar a ser poder.
En este sentido, analizando nuestros contextos, no es difícil contemplar que el afianzamiento de la protesta social contrasta con los dispositivos de control del statu quo que se despliegan para conservar una “base social” a su favor, al tiempo que el miedo sistemático autorregula a un sector poblacional que, aunque desea hacerlo, se abstiene de protestar.
Es claro que un sector importante ha despertado y está decidido a confrontar al sistema en las calles, pero de igual manera otro sector de importancia no está dispuesto a arriesgar la vida enfrentando al poder, ni sacrificar su cada vez más corroído estado de confort. Tal es el caso colombiano, donde a esto se suma el aniquilamiento sistemático de líderes y lideresas sociales, y exguerrilleros que firmaron la paz, a manos del paramilitarismo que no para de fortalecerse gracias a la ultraderecha que gobierna el país.
Mantener el statu quo no solo implica desarrollar e imponer discursos para controlar emotiva e ideológicamente a poblaciones y comunidades, sin el uso de la fuerza esto no tendría eficacia ni garantizaría la permanencia del neoliberalismo y sus verdugos en el poder. A medida que crece la protesta social, la represión también aumenta, o se hace visible, dejando al descubierto dictaduras cuya fachada son gobiernos que se autoproclaman “democráticos” a través del maquillaje electoral.
Represión, persecución, derramamiento de sangre, todo el horror que afrontan quienes protestan, son hechos que no requieren investigación alguna para llegar a conocer su crudeza y gravedad. Así como los crímenes de dictaduras militares eran de pleno conocimiento, estos hechos son tan visibles que aterran por el grado de descaro con que se realizan. Aunque existen diferencias: la criminalidad y represión del Estado, en muchos casos, ahora son verificables de forma más precisa y en tiempo real, con testigos, registro fotográfico, audiovisual, y consultable, al menos, en internet.
Bajo este contexto se percibe un tipo de dictaduras online que emergen para recordar que nunca hubo una retirada, en tanto que simplemente se instalaron en democracias que nacieron jubiladas. Jamás se fueron y operan mimetizadas, con menor o mayor crudeza, del mismo modo que el imperialismo norteamericano se mantiene oculto, negando su existencia, mientras invade y promueve golpes de Estado donde la fachada democrática se derrumba y pierde el poder en países como Bolivia y Venezuela.
Es claro que en Latinoamérica el impulso tomado por la protesta social en 2019 llenó de expectativas la lucha popular en países como Colombia donde no se es poder y ni siquiera se ha sido Gobierno, pero estas expectativas deben aterrizarse a los verdaderos alcances y dejar de pensar que todo despertar, necesariamente, debe culminar en un proceso insurreccional inmediatista.
Después de vivir un estado de aletargamiento prolongado, un sector importante del pueblo se ha sacudido, y trazarse objetivos puntuales para el involucramiento político en procesos organizativos de esa llama que arde de inconformidad y hastío, depende de la lectura acertada de este momento histórico que requiere de una pedagogía política basada en estrategias acordes a estas emotividades que buscan un cambio, y no la desilusión de encontrarse estructuras que quieren apropiarse de un estallido cuya llama les sobrepasa.
Fuente:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=264799&titular=dictaduras-online-