1. La crisis de la democracia liberal en el mundo
El diálogo del catedrático e investigador español Manuel Castells fue moderado por el profesor Ernesto Ottone.
“Explosiones sociales: una visión global” es el tema central del seminario que organizó el Centro de Estudios Públicos, CEP, de Chile, el pasado 6 de noviembre, en el que el sociólogo y economista español Manuel Castells analizó la crisis que está experimentando la democracia liberal en el mundo. Según Castells, las explosiones sociales que están viviendo muchas naciones alrededor del mundo constituyen un fenómeno global, por lo que el caso de Chile, no es una excepción.
Manuel Castells, profesor emérito de Sociología de la Universidad de California, Berkeley y profesor de Comunicación en la Universidad del Sur de California es uno de los mayores especialistas del mundo en materia de explosiones sociales, por lo que es también uno de los autores más citados en ciencias sociales,
El intelectual, quien visitó Chile invitado por “Puerto Ideas”, acaba de lanzar un nuevo libro La Nueva América Latina, escrita con Fernando Calderón. Castells partió diciendo que no iba a hablar en específico sobre Chile, pero que si podía afirmar que lo que está pasando en nuestro país no es excepcional para nada. “Es un fenómeno global. Por eso, lo primero que les digo es que no se asusten no están solos. Si se hunden, se hunden con todo el mundo. Todo el mundo está así”.
“Los movimientos sociales no son movimientos políticos, los movimientos políticos son políticos, buscan la transformación del Estado. Los movimientos sociales son aquellos que buscan la emergencia, el debate de nuevas formas culturales”, al explicar las características que tiene el fenómeno. “lo que sucede es que los ciudadanos no tienen confianza ni en sus parlamentarios ni en sus gobiernos ni en sus presidentes ni sobre todo en sus partidos políticos. Hay un rechazo unánime de todos los partidos, no son considerados legítimos ni viables.
Lo anterior, señaló, se traduce en tres etapas. “La primera, la crisis de legitimidad política que se expresa en una transformación fragmentada y caótica de los sistemas políticos. La segunda, la emergencia de movimientos sociales, que surgen con nuevos valores de todo tipo. Y la tercera, las explosiones sociales. No se trata de movimientos articulados y en torno a proyectos que intentan cambiar ciertas formas de las instituciones. Simplemente la gente no puede más y explota. Y explota en algunos lugares con violencia limitada en otros con violencias más extrema”.
Citas
- “(La gente) piensa que la clase política se ha encerrado en sí misma, solo hablan entre ellos y no se preocupan de los intereses de los ciudadanos más que para vender una opción en un mercado electoral cada cuatro años”
- “La democracia anida en las mentes. Si la gente no cree en la democracia, la democracia es superficial. Donde anida el cambio social es en las mentes. Si la gente tiene nuevas ideas eso acaba pasando, por ejemplo, el movimiento feminista”.
- “Esta violencia no es producto de provocadores profesionales, los hay y hay infiltrados y hay vándalos, pero no es lo esencial. Lo esencial es cuando una fracción de un movimiento mucho más amplio, democrático, pacifico no puede más y entonces se enfrentan a la policía.
- “No piensen que esto va a pasar, que esto es un mal sueño y desaparece y ya está. Hay causas muy profundas. Las soluciones las tienen que encontrar ustedes, la sociedad chilena, pero nadie piense que con cuatro medidas de algún tipo, esto ya está”.
http://signisalc.org/noticias/internacional/21-11-2019/la-crisis-de-la-democracia-liberal-en-el-mundo
https://www.cepchile.cl/cep/noticias/notas-de-prensa/la-crisis-de-la-democracia-liberal-en-el-mundo
https://www.cepchile.cl/cep/noticias/notas-de-prensa/la-crisis-de-la-democracia-liberal-en-el-mundo
2. La credibilidad de la democracia se tambalea en todo el mundo
El descontento político alcanza niveles récord incluso en las democracias más avanzadas
El descontento político alcanza niveles récord en el mundo, con más de la mitad de los ciudadanos insatisfechos con democracias como la norteamericana o la británica. La gestión de las crisis económicas, de la corrupción o del cambio climático, explican la desconfianza.
Bustos abandonados de expresidentes de Estados Unidos. Foto: Tobi Oluremi
La insatisfacción de los ciudadanos del mundo con el sistema democrático ha alcanzado niveles récord, según un informe del Centro para el Futuro de la Democracia de la Universidad de Cambridge.
El informe utilizó datos de más de 4 millones de personas a través de 25 encuestas internacionales para analizar el nivel de satisfacción democrática de los ciudadanos de 154 países con un PIB per cápita de más de 30.000 dólares.
El informe desvela que el año 2019 registró el nivel más alto de descontento democrático desde 1995: ha subido de un tercio a la mitad en el último cuarto de siglo.
Los autores del informe señalan que en todo el planeta, desde Europa hasta África, así como Asia, Australasia, América y Oriente Medio, la proporción de personas que dicen estar "insatisfechas" con la democracia ha aumentado significativamente desde mediados de la década de 1990: del 47,9% al 57,5%.
En todo el mundo
El informe indica que el malestar por la situación democrática es patente en todo el mundo, que ha aumentado con el tiempo y que está alcanzando un máximo mundial, especialmente en los países desarrollados donde este sistema político está más consolidado.
El informe señala también que este proceso se inició en 2005, cuando quedó de manifiesto la "recesión democrática global" con el 38.7% de los ciudadanos insatisfechos con el modelo democrático.
La insatisfacción alcanza de lleno a grandes democracias como las del Reino Unido, Australia, Brasil o México. En Estados Unidos la insatisfacción ha aumentado un tercio desde la década de 1990 y en otros países, como Japón, España y Grecia, se sitúan cerca de sus máximos históricos de insatisfacción democrática.
Islas de satisfacción
Sin embargo, existen también "islas de satisfacción" en el corazón de Europa: Dinamarca, Suiza, Noruega y los Países Bajos registran máximos históricos de satisfacción democrática: en estos países, menos de una cuarta parte de la población está descontenta con su sistema político.
Fuera de Europa, hay también otros espacios en los que los niveles de satisfacción cívica son significativamente más altos: sudeste asiático y, en menor medida, las democracias del sur de Asia y el noreste de Asia, según el informe.
Crisis y escándalos, detonantes
Los investigadores relacionan la insatisfacción democrática con las crisis económicas recientes y los escándalos de corrupción, destacando al respecto la crisis financiera de 2008 y la crisis de los refugiados de 2015.
El informe destaca que tras la crisis financiera mundial de octubre de 2008, la insatisfacción global con el funcionamiento de la democracia aumentó en alrededor de 6,5 puntos porcentuales, y que esta proporción se ha mantenido en el tiempo.
Señala asimismo que la satisfacción por el sistema democrático aumenta cuando las crisis políticas se resuelven con medidas consensuadas. Pone como ejemplo el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), creado en 2011 para atajar la crisis de la deuda soberana: provocó una subida de 10 puntos en el índice de satisfacción ciudadana.
Casos emblemáticos
El informe llama la atención sobre el caso del Reino Unido, que después de un periodo de incremento de la satisfacción democrática desde los años 70, empezó a descender tras la guerra de Irak y el escándalo de los abusos en los gastos de dinero público por parte de los parlamentarios, hasta alcanzar su punto más bajo como consecuencia del Brexit: en 2019, la mayoría de la población ha dejado de estar satisfecha con la democracia.
En Estados Unidos ha pasado algo parecido, donde la satisfacción democrática está en caída libre desde la crisis financiera de 2008. En la actualidad, menos de la mitad de los ciudadanos estadounidenses están contentos con su democracia.
Claves de la recuperación
Los autores del informe sugieren que la década de 1990 fue un mejor momento para la democracia, ya que Occidente salió de la Guerra Fría con renovada legitimidad, mientras que las elecciones multipartidistas se extendieron por América Latina y África Subsahariana.
Sin embargo, los repetidos fracasos de la política financiera y exterior en las democracias establecidas, junto con la corrupción endémica y la fragilidad estatal en los países menos desarrollados, han erosionado la confianza en la democracia en los últimos 25 años, según el informe.
Concluye que el populismo emergente es más un síntoma del malestar democrático que su causa, así como que la mala gestión de los responsables políticos de problemas agudos como las crisis económica o el calentamiento global, han precipitado el descontento con el sistema político más emblemático.
En consecuencia, todo esto debe cambiar si queremos que la confianza de los ciudadanos en sus políticos e instituciones democráticas vuelva a recuperarse.
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Referencia
Global Satisfaction with Democracy 2020. Foa, R.S. et al. Centre for the Future of Democracy. Cambridge, United Kingdom, January 2020.
Fuente: