El viaje de Obama a Alaska:
Hablando del cambio climático para preservar el sistema que está destruyendo el planeta
Orpheus Reed
Periódico Revolución
El glaciar Thwaites en la Antártida Occidental. Los estudios muestran que parte de la enorme capa de hielo de la Antártida Occidental está comenzando un lento derrumbe de modo imparable. Foto: AP
Esta semana, el presidente Barack Obama viajó a Alaska con un declarado propósito de recalcar los peligros del cambio climático. Pero al visitar glaciares que se derriten, una aldea indígena en la costa del Ártico y unos pescadores, lo que hizo fue crear opinión pública a favor del programa estadounidense sobre cómo abordar el cambio climático.
Antes de analizar lo que Obama se propuso lograr con su viaje, repasemos la urgencia en la que estamos: Los últimos dos meses han sido los más calurosos desde que comenzaron a registrar los datos en 1880. En muchos casos no se vencieron las temperaturas récord por poco, sino que fueron apabulladas. En el oeste de Norteamérica, incluyendo Alaska, ha habido enormes incendios de increíble ferocidad y ámbito, encima de la terrible sequía y falta de nieve en este invierno pasado. En otras partes del mundo, olas de calor interactuando con otros factores productos de la opresión imperialista, han dejado cientos y tal vez miles de muertos. En los ríos del oeste los salmones mueren porque el agua es demasiado tibia. Los glaciales y capas de hielo se están derritiendo cada vez más rápidamente. Unas capas de hielo, como la de la Antártida Occidental, ya están en un espiral descendiente final de colapso lento, del cual no hay regreso. A los océanos les están vaciando de vida, trastornando, calentando y alterando químicamente de tal manera que podrían eliminar a buena cantidad de la vida.
Este sistema y aquellos que gobiernan no son capaces de llevar a cabo desarrollo económico que cumpla con las necesidades de la gente ahora, balanceado con las necesidades de generaciones futuras y de proteger el medio ambiente. No les importa nada de la exquisita diversidad en el medio ambiente y en la tierra, y los tesoros que tienen, a menos que puedan convertir esto en ganancias para sí mismos.... Ellos no son capaces de ser quienes cuidan este planeta. Bob Avakian, Lo BAsico 1:29
Uno tras otro los estudios científicos mencionan los enormes daños que se ven en el planeta y sus especies. Advierten que los cambios que estamos viendo podrían resultar en el desenlace de ecosistemas que perdurará por miles de años. Todo esto indica los enormes cambios que se están dando hoy mismo y la probabilidad de saltos inminentes hacia zonas de catástrofe que no se hayan registrado en la historia. Y el responsable de todo esto es el sistema de capitalismo-imperialismo que Obama encabeza y defiende, y el rapaz impulso competitivo del sistema por las ganancias, y el choque con otras potencias mundiales impulsadas por los mismos factores.
Un sistema que NO tiene soluciones
En vista de esto, ¿anunció Obama que su gobierno dejaría inmediatamente de sacar petróleo y gas natural, después de que bajo su administración se volvió el mayor productor mundial de estos? ¿Dijo que de urgencia y sin demora, tenemos que cambiar y empezar a usar energía verde y que todo el carbón en territorio estadounidense tiene que quedarse en la tierra? ¿Canceló sus planes para abrir el océano Atlántico para la perforación? ¿Presentó un plan para combatir la crisis de la extinción de especies causada por el sistema capitalista-imperialista? ¿Pidió disculpas y canceló su decisión de permitir que se perfore en el Ártico, lo cual no solo podría resultar en un devastador derrame de petróleo en uno de los últimos océanos vírgenes sino que los científicos han dicho que es totalmente incompatible con la prevención de un desastre ecológico? No a todas.
En Anchorage, Alaska, Obama habló en una conferencia internacional sobre el Ártico. Se refirió a cambios [hyperlink] que se están dando hoy mismo en Alaska debido al cambio climático y dijo que ese y otros acontecimientos en otras partes del mundo demuestran que no es un problema distante sino algo “que está pasando ahora”. Dijo: “No estamos reaccionando suficientemente rápido” con respecto al cambio climático, y que “Estados Unidos reconoce el papel que ha jugado en crear el problema y aceptamos nuestra responsabilidad para ayudar a resolverlo”.
La resistencia es indispensable
Ha habido importante oposición al viaje de Obama a Alaska y su programa. Ambientalistas realizaron protestas en Anchorage, Seattle y Portland en las que denunciaron la hipocresía de Obama que por un lado autoriza la perforación del Ártico y al mismo tiempo asevera que está combatiendo el cambio climático. Los ambientalistas desenmascararon esa aguda contradicción, a tal punto que salió en la prensa grande durante el viaje de Obama.
Obama y la Casa Blanca se vieron obligados a defender su decisión sobre el Ártico. En su programa radial semanal, Obama dijo que no había ningún choque entre perforar en el Ártico y luchar contra el cambio climático. Dijo que Estados Unidos iba a abandonar los combustibles de fósiles, pero que “es preciso que nuestra economía se base en el petróleo y el gas. Mientras ese siga siendo el caso, pienso que debemos apoyarnos más en productos internos que importados”. Además de la obvia y descarada orientación de “USA ante todo, qué me importa la humanidad”, ¡es pura mierda! Es como decir que estás ayudando a un náufrago mientras lo sujetas debajo del agua.
Y recordemos la totalidad de lo que Obama y su administración han hecho en el Ártico. Su administración le dio la luz verde a la solicitud de Shell para operar en el Ártico, a pesar de la evidencia del daño que podría causar inmediatamente a los mamíferos y los derrames de petróleo que vendrían. Y a pesar de los estudios científicos que advierten de que no se debe perforar para combustibles fósiles en el Ártico si se quiere salvar el planeta.
Además, la administración de Obama despachó a la Guardia Costera que con otras autoridades reprimieron a quienes de veras hicieron algo para proteger el Ártico al bloquear las plataformas petrolíferas de Shell en Seattle y Portland. Cuando la gente recurrió a protestas valientes y creativas para proteger el Ártico con kayaks y colgándose de puentes, mandaron a la Guardia Costera y a la policía para hostigar y arrestar a los manifestantes, ¡por infringir en las zonas de seguridad de los barcos perforadores que están infringiendo en la seguridad de todo nuestro planeta! ¡Eso es indignante y criminal!
La lucha sobre la perforación en el Ártico y la destrucción del ambiente en general se está intensificando. Hay más gente que se ha movilizado y que participa en la resistencia, algunos arriesgando mucho. Y lo que es muy importante, estas luchas han dado más materia prima para denunciar la ilegitimidad de este sistema.
Es importante que quienes se han puesto de pie para resistir cumplan con sus convicciones, y que no cesen hasta que se detenga la destrucción del medioambiente del planeta. La lucha para parar la perforación del Ártico y toda la batalla para PARAR al capitalismo-imperialismo antes de que destruya el planeta tienen enormes consecuencias para la humanidad.
La prensa transmitió estos comentarios de Obama como si fueran “un mensaje urgente”. La verdad es que sus comentarios ni se asemejan a la urgencia de la crisis climática y su carácter fuera de control, por no decir nada del hecho de que ni mencionó la emergencia ambiental general. Tanto él como una sesión informativa de la Casa Blanca mencionaron que el cambio climático está alborotando la vida de los estadounidenses, sin mencionar que amenaza con ser una catástrofe, especialmente para los miles de millones de personas que viven en los países más pobres. Así que el mensaje de Obama no fue nada más que una manera de aprovecharse del pueblo de Alaska y de su magnífico entorno, aunque cada vez más desgastado, para tomarse fotos y encubrir a este sistema criminal que es el principal responsable del precipicio ante el cual estamos con el medioambiente, y para conseguir fieles seguidores que defiendan a este sistema.
¿Qué impulsa la carrera para destruir el Ártico?
Obama aprovechó el viaje para aparentar como defensor del medioambiente y colocar a Estados Unidos en una posición como la fuerza dominante en las pláticas sobre el medioambiente que se celebrarán en París próximamente, y donde se espera que las grandes potencias firmen un acuerdo con leves modificaciones a las emisiones de gases de efecto invernadero.
El posible acuerdo y toda la rebatiña en anticipación de las pláticas tienen que ver con el forcejeo entre las grandes potencias por tener la posición número uno en el mundo venidero de catástrofe ambiental y masivos trastornos generados por su sistema. Durante su visita en Alaska, Obama no propuso ninguna propuesta nueva para abordar el cambio climático. Se limitó a reiterar su plan de recortar, antes del 2025, la contaminación por entre 26 y 28% por debajo de los niveles del 2005, y de recortar la contaminación de las centrales hidroeléctricas por 32% antes del 2030. Como ya hemos analizado, estas propuestas son insignificantes en comparación con los recortes que demanda la realidad de la crisis climática. Se basan en calculaciones falsas que encubren la verdadera cantidad de contaminantes de las que es responsable los Estados Unidos, por ejemplo cuando se toma en cuenta la contaminación del carbón de la que es responsable en otros países, y la contaminación de la que son responsables sus fuerzas armadas cuyas emisiones “no cuentan”. Los recortes propuestos por Obama concuerdan con los intereses de que perdure el dominio de la economía del planeta por parte de los capitalistas estadounidenses. De hecho, la propuesta de Obama y sus maniobrarías pre conferencia de París responden a una lógica de cómo mejor proteger los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos y su dominio en el mundo ante una devastación del medioambiente que se precipita y que afectará a todo.
Obama representa a un sector de la clase dominante estadounidense que reconoce por lo menos algo de los trastornos concretos que el planeta enfrenta y quieren ver cómo mejor “manejar” esta crisis para que Estados Unidos siga como mandamás. Pero esta crisis no se puede “manejar”. No se la puede empaquetar nítidamente y ponerla un listón de los intereses de Estados Unidos. La crisis ambiental es una amenaza al mundo entero y al futuro mismo de la humanidad, y está que arde. Es algo que se tiene que abordar de frente, e inmediatamente se tiene que efectuar enormes y radicales transformaciones. Pero haga lo que haga este sistema, no tiene soluciones y no puede efectuar los cambios radicales necesarios.
Y los intereses de Estados Unidos están en contra de los intereses de sus rivales y su creciente desafío. Eso se ve en la pugna por ver cuáles de ellos van a saquear el Ártico y “hacer su agosto” y cuáles serán dejados atrás ante “las oportunidades”, como las ven los capitalistas-imperialistas, hechas posibles en el Ártico por el cambio climático.
No se trata solo de competencia económica. Uno de los crecientes aspectos de la contienda entre Estados Unidos, Canadá, Noruega, Rusia y Dinamarca, y otros países como China que se quieren meter, es la proyección del poderío militar, aunque por el momento no ha llegado a un conflicto directo. Una directiva presidencial bajo el turno de George W. Bush, y continuada bajo el de Obama, esboza una estrategia que requiere que Estados Unidos “asuma una presencia nacional más activa y de mayor influencia para proteger sus intereses en el Ártico y proyectar mayor poderío marítimo en toda la región”. Un documento estratégico del CNA Corporation Military Advisory Board (Consejo Consultivo Militar de la Corporación CNA) dijo que el cambio climático es una amenaza al “poderío nacional” estadounidense y aconsejó que Estados Unidos se acelerara la proyección del poderío militar a medida que el Ártico se derritiera. (Ver “El cambio climático y la supremacía mundial de Estados Unidos”).
Cientos de kayaktivistas en al agua en Seattle durante una protesta contra la perforación en el Ártico, y contra la presencia en el Puerto de Seattle de la plataforma de perforación de Shell Oil, el Polar Pioneer (en el fondo). 16 de mayo de 2015. Foto: AP
Protesta en el Puerto de Seattle, 18 de mayo de 2015. Foto: AP
De hecho, una de las pocas propuestas nuevas de Obama es construir más rompehielos para extender el poderío de Estados Unidos en esa región de importancia estratégica.
Obama también dijo que abordar el cambio climático de una manera significativa para salvar el planeta concordaba con que las economías del mundo sigan creciendo (o sea crecer como han estado creciendo, propulsadas por el mercado, y no a partir de las necesidades de la humanidad y el ambiente). ¿Sus pruebas? Este año las economías del mundo crecieron, pero según se informa la contaminación por carbón no creció por primera vez en décadas. Esa leve nivelación de un año en la contaminación de carbón está a años luz de lo que la situación exige: recortes masivos a las emisiones del carbón, medidas para dejar de extraer petróleo, gas y carbón de la tierra y los mares, y que se deje de talar los bosques. La naturaleza del problema es inminente y desalentadora. Por ejemplo, recientes estudios científicos indican que aunque se parara inmediatamente las emisiones, los océanos seguirían calentándose por siglos, debido a todo el calor que han absorbido de la atmósfera.
Y aunque es un “imperialista ilustrado”, Obama está lejos de hacer frente a la emergencia, ni mucho menos tiene una verdadera solución. Y aunque él lo quisiera hacer, este sistema y sus modos de operación subyacentes lo excluirían.
Los acuerdos que se pacten serán configurados y limitados por los intereses de las potencias capitalistas que quieren sacarle la ventaja el uno al otro. Además, las promesas y los acuerdos de los imperialistas son una cosa, cumplirlos es otra. En vistas del impulso sin descanso del sistema por ganancias y crecimiento, las intensas rivalidades entre todas las potencias competitivas y las graves diferencias dentro de las propias fuerzas de la clase dominante de Estados Unidos, es dudoso que puedan cumplir con acuerdos si es que los concluyen.
Todo esto recalca la importancia de que la genteluche para PARAR al capitalismo-imperialismo antes de que destruya el planeta.
El enfoque de este número especial de Revoluciónreside en la emergencia ambiental que enfrenta a toda la humanidad y los ecosistemas de la tierra. En este número demostramos:
las dimensiones de la emergencia
las fuentes de sus causas en el sistema capitalista y la imposibilidad de que ese sistema encuentre una solución a la crisis.
Una salida y un camino hacia adelante para la humanidad: una sociedad revolucionaria en donde de veras podríamos vivir como los que cuidan la naturaleza en vez de los que la saquean.
Los daños climáticos en Alaska
En Barrow, Alaska la temperatura promedia ha subido 2° C desde 1921, lo cual es el doble del calentamiento global del planeta. El derretimiento del hielo del mar en Alaska y del Ártico en general está dañando gravemente a las especies y pueblos de esas partes. Docenas de aldeas indígenas a lo largo de la costa de Alaska están en peligro por el crecimiento del mar debido a que se han derretido o descompuesto las capas de hielo protectoras. Ahora muchas de esas aldeas corren el riesgo de que las aguas las barran completamente, por lo cual se encuentran obligadas a contemplar mudarse. Eso representa una amenaza genocida contra pueblos han vivido durante milenios en harmonía con el medioambiente de Alaska.
Este año, al igual que el año pasado, miles de morsas que acostumbran a vivir en el hielo del mar se han tendido en playas porque hay poco hielo. El Ártico de Alaska ha evolucionado como un ecosistema que se basa en hielo durante por lo menos cientos de miles de años. El calentamiento global causado por el funcionamiento del sistema capitalista-imperialista ya está eliminando ese ecosistema. En el interior de Alaska se está derritiendo el permahielo, lo cual corre el riesgo de detonar una “bomba” de carbón y metano que podría aumentar enormemente la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera en un poderoso ciclo de retroalimentación. Increíbles glaciares se están derritiendo y este año también se ha registrado una cantidad récord de incendios forestales por toda Alaska. Toda la fachada y los ecosistemas de este hermoso estado y de la región Ártica en general están en rápido deterioro y su transformación tiene terribles consecuencias para la gente y las especies de esa región y el sistema climático del planeta. Eso es criminal e inaceptable.
http://revcom.us/a/403/el-viaje-de-obama-a-alaska-es.html