Por: Germán Enrique Núñez
Al término de la primera vuelta electoral los análisis salen a flote y desde la tribuna económica se dice que entre las campañas que pelearán la primera magistratura del país no hay diferencia porque las dos encarnan fracaso, concesiones y desprestigio.
Para el analista económico, Eduardo Sarmiento, el primer revés del presidente candidato es una derrota estruendosa porque fue legitimado hace cuatro años por más de nueve millones de colombianos y hoy tan solo lo respaldaron 3.3 millones de nacionales.
“Todo eso es el resultado de la crisis social, de entregar el país con los TLC y de insistir en un modelo económico que no ha traído nada bueno porque ni el crecimiento económico ni la generación de empleo son indicadores creíbles porque sencillamente se apeló a la metodología que matricula en el mercado laboral, por ejemplo, a quien está buscando puesto, o a quién vende mangos en un semáforo sin ningún respaldo de seguridad social”, declaró el experto en temas económicos en charla con Confidencial Colombia.
Al presidente Santos, agregó, el país le está pasando cuenta de cobro por el fracaso de las infortunadas políticas económicas que postraron a Colombia, llevándola a la ruina y el hambre, solo por defender un modelo neoliberal que no mide las consecuencias y que antepone intereses, privatizaciones y concentración de riqueza por encima del bienestar de la población.
Comentó que los debates fueron muy pobres porque no plantearon soluciones o salidas a la problemática que sobrelleva el país. Destacó la inteligencia y la preparación de Clara López, de quien dijo le cabe el país en la cabeza y tiene desatadas todas las dudas sobre cómo superar las vicisitudes.
Sobre el tema de la paz, Sarmiento dijo que si bien es determinante para los colombianos, es un mecanismo político que carece de toda credibilidad, entre otras cosas, porque contempla concesiones excesivas.
En materia económica y de justicia social, tanto Santos cómo Zuluaga, amparado por el ex presidente Uribe, son la misma cosa, no marcan diferencias, están matizados por el mismo modelo, por la defensa de la minería y por la entrega del país. “Con Zuluaga el país puede esperar más de lo mismo, es decir sueldos por debajo de lo justo, mayor pobreza, aumento de los índices de miseria y una clase trabajadora totalmente maltratada y abusada porque en el mandato de Uribe vinieron reformas costosas para el obrero y para el mismo empresario. “Que no se nos olvide la famosa reforma laboral que les quitó de un raponazo los derechos adquiridos a los trabajadores sobre la promesa de más empleo lo que jamás ocurrió. Ahora dice que habría desmonte de los recargos nocturnos por iniciativa uribista, mejor dicho el moño que le hacía falta a la clase obrera”.
En opinión de Sarmiento, los últimos gobiernos han dejado mucho que desear y expresó su preocupación por la contraparte de Santos que es totalmente guerrerista lo cual implica mayores gastos militares y por consiguiente mayores cargas impositivas.
“Lo malo es que se creará un presupuesto militar con mayor musculatura el cual se vuelve supremamente atractivo para las corruptelas expresadas en sobrecostos y contratos leoninos que no le dejarán nada positivo al país”, aseveró.
El analista apuntó que en Colombia nada cambiará porque la guerrilla seguirá operando, la delincuencia común crecerá por la injusticia social, los paramilitares querrán recuperar lo perdido con la justicia y las bacrim estarán a la orden del día. “Con ese modelito económico y con semejante sed de venganza y odios incrustados el país no tendrá otra cara, hay un caldo de cultivo perfecto para la violencia y para todo el detrimento en calidad de vida e inclusión”.
En la lectura de Sarmiento, la Colombia consciente y matriculada en la izquierda, más temprano que tarde, se aburrirá de mentiras, engaños y abusos afianzará un gobierno similar al de Lula en Brasil, que fue progresista y al de muchos países que sin dejar de lado el capital, no matan de hambre a sus conciudadanos y por el contrario les abren espacios de progreso y dignidad.
“Colombia es el país de las peores equivocaciones, todo lo que se hace mal se trata de mejorar, pero los resultados son inferiores. Qué puede esperar de sus mandatarios un país sin derecho a la educación, sin acceso a la salud, sin fuentes de trabajo y con un campo que cada día ve como ingresan frutas y alimentos de todo el mundo, haciendo inviable la economía agropecuaria que paulatinamente va deambulando por los caminos de la miseria”, afirmó Sarmiento.
Manifestó su inquietud por el devenir del país que seguirá repitiendo su historia, inmerso en escándalos como Agro Ingreso Seguro, compras dudosas de bienes y tierras por parte de las familias del poder, así como fracasos como el Plan 2.500 y otras promesas que no se concretaron, pero que alimentaron a los contratistas allegados a las campañas políticas.
Para Sarmiento Corea y Japón serán el horror para empresarios y trabajadores tal y como lo ha sido Estados Unidos con el TLC porque en su criterio, el superávit de Colombia con las exportaciones al país del norte, se cambiaron por un déficit que ya se nota en año y medio del acuerdo.
“Por donde se les mire, las campañas son muy afines, las dos mantienen modelos iguales en el manejo económico y hoy las dos están salpicadas por escándalos y acusaciones que les restan legitimidad frente al mandato Constitucional. De ñapa tienen una deuda social que no les interesa saldar porque los cuarenta millones de colombianos sólo sirven para las aspiraciones electorales del próximo 15 de junio, después, cómo ha sido costumbre, son material de desecho”, concluyó.
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