"Luchar contra la pobreza no es un asunto de caridad sino de justicia"
Publicado por el Centro de la Memoria de Nelson Mandela de Johannesburgo, "Mandela por sí mismo" contiene las entrevistas al exmandatario, sus alegatos ante los tribunales del apartheid, sus discursos políticos tras su liberación en 1990, apuntes, diarios y su autobiografía "El largo camino hacia la libertad".
- "He luchado contra la dominación blanca y contra la dominación negra. He perseguido el ideal de una sociedad libre y democrática donde todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y conseguir. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir". (Alegato en el Juicio de Rivonia, 20 de abril de 1964)
- "Solo los hombres libres pueden negociar (...). Vuestra libertad y la mía no pueden separarse". (Tras 21 años en prisión al renunciar a la oferta de excarcelamiento realizada por el entonces presidente, Pieter W. Botha, en febrero de 1985)
- "Nadie nace odiando al otro por el color de su piel, su procedencia o religión. La gente aprende a odiar y, si pueden aprender a odiar, también pueden aprender a amar". ("El largo camino hacia la libertad", 1994)
- "He descubierto que tras subir una montaña, sólo encontramos más cumbres que escalar".("El largo camino hacia la libertad", 1994)
- "Nunca, nunca, nunca más deberá volver a sufrir esta hermosa tierra la opresión de un hombre sobre otro". (Discurso de su toma de posesión como presidente, 10 de mayo de 1994)
- "Nunca he considerado a ningún hombre superior a mí, ni dentro, ni fuera de la cárcel". (Carta al general Du Preez, comisario de Prisiones, desde Robben Island, en Ciudad del Cabo. 12 de julio de 1976)
- "Aprendí que el valor no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. Un hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que se sobrepone a él". ("El largo camino hacia la libertad", 1994)
- "La grandeza de la vida no consiste en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos". ("El largo camino hacia la libertad", 1994)
- "Luchar contra la pobreza no es un asunto de caridad, sino de justicia". (Discurso en la Plaza Mary Fitzgerald de Johannesburgo, el 2 de julio de 2005, en un acto contra la pobreza)
- "La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que creía necesario por su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que yo he cumplido ese deber, y por eso descansaré para la eternidad". (Extracto de una entrevista para el documental "Mandela", 1994)
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/subnotas/20-65974-2013-12-05.html
Un hombre con ideales de justicia
Por Marisa Pineau *
No sabemos si Nelson Mandela imaginó que tendría una vida tan larga. Pero seguramente desde sus primeros años en Qunu supo que seguiría sus convicciones y que sería él mismo quien elegiría su destino. Nacido en una pequeña aldea de Sudáfrica en 1918, fue el primero de su familia en ir a la escuela. Ya un joven, huyó a Johanesburgo porque no aceptó un casamiento arreglado por sus mayores. Allí empezó algo nuevo. Recibido de abogado, descubrió un nuevo mundo que nunca abandonó, el de la política. Cada vez más consciente de tantas injusticias sufridas por las mayorías, junto con otros que serían sus inseparables compañeros de ruta como Walter Sisulu, en los años de la Segunda Guerra Mundial fue fundador de la Liga de la Juventud del Congreso Nacional Africano (ANC). Poco después, tras lograr imponer sus posiciones en la organización mayor, consiguió dar un alcance nacional y de masas a su oposición contra las renovadas y más severas leyes de la segregación racial en su país. Frente a la intransigencia del gobierno del Partido Nacional a comienzos de la década de 1960, ya en la clandestinidad, Mandela pensó que había llegado la hora de dar un paso trascendental y organizó el ala armada del ANC. Viajó por Africa y por Europa buscando apoyos materiales y políticos para la causa sudafricana. Arrestado, fue juzgado y condenado a prisión perpetua.
En sus 27 años de cárcel y mientras la mayoría de la población sufría prohibiciones y represión, no bajó los brazos. No perdía oportunidad de discutir el régimen del apartheid con sus carceleros e hizo cientos de peticiones para mejorar las condiciones generales de vida de los prisioneros. Pocos conocían cómo su cara iba cambiando en prisión con el paso del tiempo, pero logró que la resistencia al apartheid se convirtiera en una lucha colectiva compartida y “Free Mandela” fue el grito que unió las voces de millones de personas en el mundo, en los más encumbrados foros políticos y en multitudinarios conciertos de rock. Cuando el gobierno le ofreció su liberación, la aceptó, pero no permitió que se le pusieran condiciones. En 1994 fue elegido, por quienes nunca antes habían podido votar, como primer presidente negro de su país y en su gobierno dio los primeros pasos para terminar con siglos de sometimiento de las mayorías. Y en sus últimos años encontró nuevas causas importantes que promover, como la de los enfermos de sida, se casó por tercera vez y, como nunca antes, se dedicó a su familia y a sus amigos.
En todos los terrenos y situaciones, sin aflojar ni en las peores circunstancias, Mandela fue un hombre fuerte y tenaz que defendió los ideales de justicia y luchó por una sociedad en la que la convivencia estuviera asegurada por el respeto y la dignidad de todos los seres humanos. No hay lugar a dudas, Mandela hizo bien su trabajo. En nuestro difícil mundo actual –en el que ya muchos sostienen que vivimos en un apartheid global, un mundo cada vez más segregado, con ciudadanos de primera y de segunda– es necesario que no se convierta a Mandela en una figura inerte. Para todos nosotros su estatura de héroe es un ejemplo a recordar y a continuar en su lucha por la defensa de la diversidad cultural y contra la desigualdad y la inequidad crecientes.
* Profesora del Departamento de Historia de la UBA, especialista en temas africanos.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-235103-2013-12-06.html