Arrancó el paro cafetero
Más de 3.000 productores de café de los ocho municipios del sur huilense amanecieron hoy en las vías, con el firme propósito de conseguir beneficios para el sector. Los cultivadores anunciaron que pedirán la cabeza del Ministro de Agricultura y del Director de Federacafé.
GERARDO VALENCIA GUTIÉRREZ
LA NACIÓN, PITALITO
Con la firme convicción de que sus peticiones esta vez serán escuchadas por parte del Gobierno Nacional, cientos de campesinos cultivadores del Café de todos los municipios del área sur del departamento salieron desde la medianoche a los sitios estratégicos de las principales vías de la región, para demostrar la unidad de criterios y su capacidad organizativa, al reclamar mejores condiciones para el proceso de producción y comercialización del café a nivel nacional.
La movilización que tuvo su origen en el sur del departamento del Huila, pero que posteriormente se extendió a todas las regiones productoras del país, ha convocado a más de 3.000 agricultores de los ocho municipios de la región, quienes planean permanecer en las vías hasta tanto sus voceros lleguen a un acuerdo con el Gobierno en torno a precios de sustentación, subsidio para los agroinsumos, asistencia técnica y en general, una mejor atención a la gran familia cafetera del país.
Diálogo pero en las vías
Los representantes huilenses en la Comisión Nacional del Café, organismo que lidera las acciones de la base cafetera en todos los departamentos productores con respecto al paro, aseguraron ayer que sólo dialogarán con el Gobierno cuando este reconozca que la movilización de los campesinos es un acto legítimo y que las solicitudes que se hacen están ajustadas a la realidad que hoy vive el gremio más representativo del país.
Por esa razón se negaron a acudir a la reunión programada por el Presidente de la República para la tarde anterior, pues “tememos claro que la única intención del Gobierno es desmontar la movilización en la que toda la familia cafetera está decidida a participar”, dijo el dirigente laboyano Teódulo Guzmán Calderón.
Por su parte el ex presidente del Comité Departamental de Cafeteros del Huila, William González, aseveró que: “Ahora el Gobierno debe sentarse a dialogar es con todos los cafeteros que se encuentran en las vías a través de sus voceros, pues la hegemonía y los abusos de la federación están llegando a su fin”.
Que rueden cabezas
Los campesinos, que desde la noche anterior empezaron a llegar a los puntos de concentración, firmarán un documento que le será entregado al Presidente de la República en el que, además de exponer la situación del gremio, le solicitan retirar de sus cargos al ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo y al gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, por considerar que no representan los intereses de los pequeños productores, ni han dado muestras de querer darle una solución a la grave crisis en que se encuentra sumida la caficultura colombiana.
Los cafeteros del sur del departamento anunciaron que desde hoy inician las protestas y bloqueos del paro cafetero.
http://www.lanacion.com.co/2013/02/25/arranco-el-paro-cafetero/
Hoy se iniciaría la protesta cafetera
'El paro no es una partida de póquer'
Foto: Cortesía: Rodrigo Grajales
Juan Miguel Álvarez
Los cafeteros marcharán por todo el país para protestar por la caída en los precios de la carga. Gobierno busca salida negociada.
UNO. En toda la entrada a Apía hay una pancarta que dice: “Apianos: todos somos hijos del café. Paro nacional cafetero, 25 de febrero. Participemos”. Este municipio está ubicado a hora y media de Pereira, en el centro-occidente de Risaralda. Con 17.000 habitantes, tiene unos 1.200 caficultores, una decena de asociaciones agropecuarias, un puñado de cooperativas de transportadores y unos cien establecimientos de comercio. La meta de los líderes del Paro Cívico Nacional Cafetero es que unos 5.000 habitantes de todos los sectores bajen con ellos al plantón.
En la plaza central, bajo la sombra de una carpa, una joven campesina y un caficultor se encargan de recolectar las listas de quienes se sumarán. Hay música a todo volumen que cada tanto es interrumpida para informar los requisitos de participación y agitar la protesta: “¡El lunes 25 de febrero es el momento definitivo: nuestro futuro o nuestra desgracia!”, exclama Francisco Herrera, uno de los líderes. “Le vamos a decir al presidente Santos que esto no es una partida de póquer. Esto es una cuestión de hambre, de ruina, una pobreza que no habíamos sentido nunca... Por todas nuestras familias y nuestros hijos, por nuestros abuelos, por nuestros padres, que trabajaron el café y le dieron plata a este país durante 150 años, le preguntamos al Gobierno y a esa burocracia cafetera: ¿Dónde está esa plata? Y seguro no podrán responder”.
DOS. Esta oleada de paros nació a comienzos de 2012 en Pereira, tras una reunión de caficultores de los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca. Allí concluyeron que la actual crisis cafetera era resultado de la caída de la producción —en 1993 Colombia exportó más de 17 millones de sacos; en 2012, menos de 8 millones e importó casi todo el café para el consumo interno—, más la caída del precio del café —en diciembre de 2011 la carga valía $1’100.000 y en febrero de 2012 ya costaba menos de $650.000; hoy está en $511.500—, más la caída del dólar en relación con el peso, lo que redujo utilidades de exportaciones generando pérdidas por más de $1,5 billones, únicamente, dentro del gremio cafetero.
Motivados por las diferentes marchas que otras organizaciones civiles han realizado en los dos últimos años a lo largo del país —entre otras, por la reforma a la educación superior—, los caficultores crearon el Movimiento Nacional por la Defensa y la Dignidad Cafetera y le colgaron un pliego de nueve peticiones: precio remunerativo y estable, promoción de la siembra de café para evitar su importación, no al aumento del impuesto por contribución cafetera, control a los precios y a la calidad de los insumos, informe del presupuesto y los activos de la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) y que el Gobierno determine quién deberá asistir técnicamente la producción de ahora en adelante; subsidios para el control de las plagas, atención a las deudas de los caficultores, no al TLC, especialmente con EE.UU., y no a la explotación de la gran minería en territorio cafetero.
Meses más tarde, en junio, unos mil líderes caficultores se reunieron en Riosucio y en agosto celebraron la primera gran marcha en la ciudad de Manizales. Unos 10.000 participantes —entre caficultores y habitantes de esta región— colmaron la Plaza de Bolívar y arengaron sus reclamos.
En Chinchiná, a comienzos de febrero de este año, el presidente Santos llevó un paquete de medidas para calmar el descontento. Ofreció seguir comprando dólares para detener su caída, una adición de $150 mil millones al programa de Apoyo al Ingreso del Caficultor (AIC), flexibilización y reestructuración de créditos, acceso a insumos a través de Finagro, y anunció la creación de la Comisión Asesora para la Estrategia Cafetera. La silbatina, sin embargo, lo calló. El reclamo principal fue acerca del precio de sustentación: los caficultores pedían que subieran el precio de $500.000 a $750.000 por carga, pues el costo de producción es de $700.000. El gobierno ofreció un subsidio de $60.000 cuando la carga baje de $650.000.
Sin sentirse respaldados, los caficultores emprendieron la organización del paro del 25 de febrero.
TRES. El Movimiento por la Dignidad Cafetera espera que el paro reúna al menos 200.000 caficultores de todo el país en los 21 puntos de concentración. En el Eje Cafetero los plantones más numerosos serán en Calarcá, en la entrada de la vía La Línea; en El Jazmín, sector de la doble vía Santa Rosa de Cabal-Chinchiná; en Remolinos, sector a la entrada del municipio de Belén de Umbría. Por su parte, los productores del norte del Valle se encontrarán en la glorieta que comunica Ansermanuevo con Cartago. Los más de diez municipios cafeteros del suroeste antioqueño se agolparán en el municipio de La Pintada, a orillas del río Cauca.
Durante la semana, los líderes del paro en Apía comenzaron a recibir el apoyo de los habitantes del municipio: los comerciantes aportaron dinero en efectivo, los transportadores pusieron a disposición sus jeeps, algunas familias donaron cerdos; otras, novillos, y los campesinos más pobres llevaron de su parcela repollos, tomates, cebollas, plátanos, frutas. “Tenemos comida y bebida para dos días de paro”, dice Francisco Herrera. “Si llegamos al tercer día, la policía no tendrá que sacarnos a bolillazos y gases lacrimógenos; la falta de comida y de bebida nos hará levantar”.
En Twitter: @cronista77
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo-406649-el-paro-no-una-partida-de-poquer
Los cafeteros marcharán por todo el país para protestar por la caída en los precios de la carga. Gobierno busca salida negociada.
UNO. En toda la entrada a Apía hay una pancarta que dice: “Apianos: todos somos hijos del café. Paro nacional cafetero, 25 de febrero. Participemos”. Este municipio está ubicado a hora y media de Pereira, en el centro-occidente de Risaralda. Con 17.000 habitantes, tiene unos 1.200 caficultores, una decena de asociaciones agropecuarias, un puñado de cooperativas de transportadores y unos cien establecimientos de comercio. La meta de los líderes del Paro Cívico Nacional Cafetero es que unos 5.000 habitantes de todos los sectores bajen con ellos al plantón.
En la plaza central, bajo la sombra de una carpa, una joven campesina y un caficultor se encargan de recolectar las listas de quienes se sumarán. Hay música a todo volumen que cada tanto es interrumpida para informar los requisitos de participación y agitar la protesta: “¡El lunes 25 de febrero es el momento definitivo: nuestro futuro o nuestra desgracia!”, exclama Francisco Herrera, uno de los líderes. “Le vamos a decir al presidente Santos que esto no es una partida de póquer. Esto es una cuestión de hambre, de ruina, una pobreza que no habíamos sentido nunca... Por todas nuestras familias y nuestros hijos, por nuestros abuelos, por nuestros padres, que trabajaron el café y le dieron plata a este país durante 150 años, le preguntamos al Gobierno y a esa burocracia cafetera: ¿Dónde está esa plata? Y seguro no podrán responder”.
DOS. Esta oleada de paros nació a comienzos de 2012 en Pereira, tras una reunión de caficultores de los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca. Allí concluyeron que la actual crisis cafetera era resultado de la caída de la producción —en 1993 Colombia exportó más de 17 millones de sacos; en 2012, menos de 8 millones e importó casi todo el café para el consumo interno—, más la caída del precio del café —en diciembre de 2011 la carga valía $1’100.000 y en febrero de 2012 ya costaba menos de $650.000; hoy está en $511.500—, más la caída del dólar en relación con el peso, lo que redujo utilidades de exportaciones generando pérdidas por más de $1,5 billones, únicamente, dentro del gremio cafetero.
Motivados por las diferentes marchas que otras organizaciones civiles han realizado en los dos últimos años a lo largo del país —entre otras, por la reforma a la educación superior—, los caficultores crearon el Movimiento Nacional por la Defensa y la Dignidad Cafetera y le colgaron un pliego de nueve peticiones: precio remunerativo y estable, promoción de la siembra de café para evitar su importación, no al aumento del impuesto por contribución cafetera, control a los precios y a la calidad de los insumos, informe del presupuesto y los activos de la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) y que el Gobierno determine quién deberá asistir técnicamente la producción de ahora en adelante; subsidios para el control de las plagas, atención a las deudas de los caficultores, no al TLC, especialmente con EE.UU., y no a la explotación de la gran minería en territorio cafetero.
Meses más tarde, en junio, unos mil líderes caficultores se reunieron en Riosucio y en agosto celebraron la primera gran marcha en la ciudad de Manizales. Unos 10.000 participantes —entre caficultores y habitantes de esta región— colmaron la Plaza de Bolívar y arengaron sus reclamos.
En Chinchiná, a comienzos de febrero de este año, el presidente Santos llevó un paquete de medidas para calmar el descontento. Ofreció seguir comprando dólares para detener su caída, una adición de $150 mil millones al programa de Apoyo al Ingreso del Caficultor (AIC), flexibilización y reestructuración de créditos, acceso a insumos a través de Finagro, y anunció la creación de la Comisión Asesora para la Estrategia Cafetera. La silbatina, sin embargo, lo calló. El reclamo principal fue acerca del precio de sustentación: los caficultores pedían que subieran el precio de $500.000 a $750.000 por carga, pues el costo de producción es de $700.000. El gobierno ofreció un subsidio de $60.000 cuando la carga baje de $650.000.
Sin sentirse respaldados, los caficultores emprendieron la organización del paro del 25 de febrero.
TRES. El Movimiento por la Dignidad Cafetera espera que el paro reúna al menos 200.000 caficultores de todo el país en los 21 puntos de concentración. En el Eje Cafetero los plantones más numerosos serán en Calarcá, en la entrada de la vía La Línea; en El Jazmín, sector de la doble vía Santa Rosa de Cabal-Chinchiná; en Remolinos, sector a la entrada del municipio de Belén de Umbría. Por su parte, los productores del norte del Valle se encontrarán en la glorieta que comunica Ansermanuevo con Cartago. Los más de diez municipios cafeteros del suroeste antioqueño se agolparán en el municipio de La Pintada, a orillas del río Cauca.
Durante la semana, los líderes del paro en Apía comenzaron a recibir el apoyo de los habitantes del municipio: los comerciantes aportaron dinero en efectivo, los transportadores pusieron a disposición sus jeeps, algunas familias donaron cerdos; otras, novillos, y los campesinos más pobres llevaron de su parcela repollos, tomates, cebollas, plátanos, frutas. “Tenemos comida y bebida para dos días de paro”, dice Francisco Herrera. “Si llegamos al tercer día, la policía no tendrá que sacarnos a bolillazos y gases lacrimógenos; la falta de comida y de bebida nos hará levantar”.
En Twitter: @cronista77
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo-406649-el-paro-no-una-partida-de-poquer
Caficultores colombianos exigen políticas justas al gobierno de Santos
Los trabajadores del café encabezan diferentes protestas en todo el país (Foto:RCN)
Danilo López, uno de los líderes de los pequeños y medianos productores de café en Colombia y que hoy iniciaron un paro agrario nacional, explicó que los campesinos se encuentran "en una lucha justa para hacernos sentir ya que el gobierno ciego y sordo no nos ve y no nos conoce. Somos 500 mil productores cafeteros y en el Tolima estamos concentrados 45 mil para participar en esta jornada de protesta en contra de las medidas absurdas de estos gobiernos que se dedicaron a entregarle nuestras riquezas a multinacionales a través de los TLC". teleSUR
Los caficultores del departamento de Tolima (centro-occidente) exigen al presidente, Juan Manuel Santos, que desde el Gobierno se elaboren políticas económicas que beneficien a los pueblos, a los trabajadores en lugar de beneficiar a las grandes transnacionales.
Caficultores colombianos respondieron este lunes al presidente de ese país, Juan Manuel Santos, y le exigieron que desde el gobierno se desarrollen políticas económicas al servicio de los pueblos y no a los intereses de las empresas multinacionales.
Así lo expresó el líder de los caficultores colombianos en Tolima (centro del país), Danilo López, quien pidió al jefe de Estado colombiano que sea “más democrático y busque desarrollar una economía al servicio de los pueblos, pues hasta ahora hemos tenido gobiernos contrarios a los intereses de la patria”.
López agregó que su lucha sí es política, porque los reclamos de los trabajadores es mejorar las condiciones económicas y sociales de este sector.
“Claro que hay intereses políticos, nosotros entendemos la política y lo que queremos es que se mejoren las condiciones económicas. ¿Por qué (el gobierno) está en favor de las empresas multinacionales? Nuestra lucha es de las clases sociales que están siendo explotadas por las empresas extranjeras".
El trabajador del café pidió al Gobierno que no criminalice la protesta ni a los campesinos, "no nos declaren enemigos del gobierno. Lo que queremos son políticas justas”, afirmó.
López añadió que “lo que queremos es un precio de sustentación mínimo de 800 mil pesos (445,30 dólares) por carga, precio piso para el café y a partir de allí, que frene el costo de los insumos y que sigamos negociando los otros aspectos de la seguridad agraria, campesina"
Los trabajadores de Tolima piden además "que la Federación de cafeteros se democratice y esté al servicio de los pequeños y medianos cafeteros”.
Se refirió a las protestas sociales como un “despertar del pueblo colombiano ante la explotación capitalista”.
Golpeados por la explotación capitalista
El líder de los caficultores de Tolima, Danilo López, aseguró además que “nuestro pueblo está en pie de combate, porque en todos los frentes estamos golpeados por la explotación capitalista.
"Allí están varias movilizaciones de los cultivadores de arroz, existen otros paros por la explotación minera, ya que aparte de robar oro y petróleo, ahora nos van a destruir las fuentes hídricas y nos van a dejar sin agua”, afirmó.
López denunció que más de 500 mil productores de café, y 45 mil solamente en la región de Tolima, están siendo afectados por la crisis del sector y por los TLC firmados por el Gobierno.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, había dicho previamente que el paro cafetero iniciado este lunes por los trabajadores de este rubro es “injusto” e “innecesario”.
“Este paro es injusto y sabemos que la mayoría de los caficultores no está apoyando este paro que va en contra de la federación y contra el desarrollo de la nación”.
En ese sentido, el mandatario colombiano aseguró que el café ha registrado un crecimiento en comparación con el año pasado y resaltó el valor de los caficultores y la federación.
Los productores del grano consideran que sus costos de producción oscilan entre 650 mil (361,33 dólares) y 700 mil pesos (389,12 dólares), por lo que sus ventas están ‘al pierde’ y reclaman un precio de sustentación o mínimo de compra de los valores anotados.
Según los cálculos de la Federación Nacional de Cafeteros, la reevaluación y el comportamiento de los precios en el mercado internacional (que están por debajo de 1,50 pesos por libra), le han quitado 1,5 billones de ingresos (831 millones 881 mil dólares) a más de 550 mil cafeteros entre 2011 y 2012. A esto se suma una caída en la producción que al cierre del año pasado llegó sólo a 7,7 millones de sacos de café de 60 kilos (este resultado, es uno de los más bajos en los últimos cinco años).
Para salir de esta prolongada crisis –que suma más de cuatro años-, el gremio cafetero está concentrando sus esfuerzos en la renovación del parque cafetero, recientemente golpeado por la roya originada durante la ola invernal de los últimos tres años. Según los cálculos del gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, el objetivo es que este año Colombia pueda subir su nivel de producción a 10 millones de sacos y que en 2014 pueda incorporar a los resultados 2,25 millones de sacos de café derivados de cerca de 117 mil hectáreas de cafetales renovados.
Los productores aseguran que no pueden seguir trabajando a pérdida, ya que por arroba de café está siendo pagada a 58 mil pesos (32,16 dólares). Según ellos, debería cobrarse a 65 mil pesos (36,06) para cubrir los costos de producción. Por ahora, se baraja al interior del gremio cafetero la opción de buscar un precio de sustentación de 700 mil pesos (388,4 dólares) por cada carga de café.
Los caficultores del departamento de Tolima (centro-occidente) exigen al presidente, Juan Manuel Santos, que desde el Gobierno se elaboren políticas económicas que beneficien a los pueblos, a los trabajadores en lugar de beneficiar a las grandes transnacionales.
Caficultores colombianos respondieron este lunes al presidente de ese país, Juan Manuel Santos, y le exigieron que desde el gobierno se desarrollen políticas económicas al servicio de los pueblos y no a los intereses de las empresas multinacionales.
Así lo expresó el líder de los caficultores colombianos en Tolima (centro del país), Danilo López, quien pidió al jefe de Estado colombiano que sea “más democrático y busque desarrollar una economía al servicio de los pueblos, pues hasta ahora hemos tenido gobiernos contrarios a los intereses de la patria”.
López agregó que su lucha sí es política, porque los reclamos de los trabajadores es mejorar las condiciones económicas y sociales de este sector.
“Claro que hay intereses políticos, nosotros entendemos la política y lo que queremos es que se mejoren las condiciones económicas. ¿Por qué (el gobierno) está en favor de las empresas multinacionales? Nuestra lucha es de las clases sociales que están siendo explotadas por las empresas extranjeras".
El trabajador del café pidió al Gobierno que no criminalice la protesta ni a los campesinos, "no nos declaren enemigos del gobierno. Lo que queremos son políticas justas”, afirmó.
López añadió que “lo que queremos es un precio de sustentación mínimo de 800 mil pesos (445,30 dólares) por carga, precio piso para el café y a partir de allí, que frene el costo de los insumos y que sigamos negociando los otros aspectos de la seguridad agraria, campesina"
Los trabajadores de Tolima piden además "que la Federación de cafeteros se democratice y esté al servicio de los pequeños y medianos cafeteros”.
Se refirió a las protestas sociales como un “despertar del pueblo colombiano ante la explotación capitalista”.
Golpeados por la explotación capitalista
El líder de los caficultores de Tolima, Danilo López, aseguró además que “nuestro pueblo está en pie de combate, porque en todos los frentes estamos golpeados por la explotación capitalista.
"Allí están varias movilizaciones de los cultivadores de arroz, existen otros paros por la explotación minera, ya que aparte de robar oro y petróleo, ahora nos van a destruir las fuentes hídricas y nos van a dejar sin agua”, afirmó.
López denunció que más de 500 mil productores de café, y 45 mil solamente en la región de Tolima, están siendo afectados por la crisis del sector y por los TLC firmados por el Gobierno.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, había dicho previamente que el paro cafetero iniciado este lunes por los trabajadores de este rubro es “injusto” e “innecesario”.
“Este paro es injusto y sabemos que la mayoría de los caficultores no está apoyando este paro que va en contra de la federación y contra el desarrollo de la nación”.
En ese sentido, el mandatario colombiano aseguró que el café ha registrado un crecimiento en comparación con el año pasado y resaltó el valor de los caficultores y la federación.
Los productores del grano consideran que sus costos de producción oscilan entre 650 mil (361,33 dólares) y 700 mil pesos (389,12 dólares), por lo que sus ventas están ‘al pierde’ y reclaman un precio de sustentación o mínimo de compra de los valores anotados.
Según los cálculos de la Federación Nacional de Cafeteros, la reevaluación y el comportamiento de los precios en el mercado internacional (que están por debajo de 1,50 pesos por libra), le han quitado 1,5 billones de ingresos (831 millones 881 mil dólares) a más de 550 mil cafeteros entre 2011 y 2012. A esto se suma una caída en la producción que al cierre del año pasado llegó sólo a 7,7 millones de sacos de café de 60 kilos (este resultado, es uno de los más bajos en los últimos cinco años).
Para salir de esta prolongada crisis –que suma más de cuatro años-, el gremio cafetero está concentrando sus esfuerzos en la renovación del parque cafetero, recientemente golpeado por la roya originada durante la ola invernal de los últimos tres años. Según los cálculos del gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, el objetivo es que este año Colombia pueda subir su nivel de producción a 10 millones de sacos y que en 2014 pueda incorporar a los resultados 2,25 millones de sacos de café derivados de cerca de 117 mil hectáreas de cafetales renovados.
Los productores aseguran que no pueden seguir trabajando a pérdida, ya que por arroba de café está siendo pagada a 58 mil pesos (32,16 dólares). Según ellos, debería cobrarse a 65 mil pesos (36,06) para cubrir los costos de producción. Por ahora, se baraja al interior del gremio cafetero la opción de buscar un precio de sustentación de 700 mil pesos (388,4 dólares) por cada carga de café.
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