http://geoperspectivas.blogspot.com/2011/07/el-imperialismo-hoy-articulos-de.html
El capitalismo, su “educación” y sus
“educadores”
Por:
Fernando Buen Abad Domínguez
Con
el argumento de que la “educación” es el gran remedio para (casi) todos los
males sociales e individuales, se la usa como una de las más “respetables”
trincheras ideológicas burguesas aparentemente irrefutable por su, no menos
aparente, “filantropía”.
En
realidad es un argumento hipócrita, insustentable e ilusionista. Sin apología
alguna por la ignorancia, recordemos que las revoluciones son impulsadas por la
fuerza inmensa de la clase trabajadora que, a pesar de sufrir los estragos del
capitalismo, en su trabajo, en su salud, en su vivienda, en su riqueza natural,
en su conciencia, en su cultura y su estado de ánimo… cada día cobra mayor
conciencia de lucha. Eso no es por estar “bien educados” sino por, entre otras
razones, la clase trabajadora impulsa su conciencia y se educa, con sus fuerzas
propias, para afianzarse en la batalla por emanciparse.
A
la “educación” que la burguesía imparte, junto a sus miserias y falacias, se la
baña con saliva limosnera. Nunca faltan los demagogos dispuestos a teñir con
gestos de dádiva grandilocuente lo que en realidad debe ser el cumplimiento de
una obligación y un derecho, social e histórico, conquistado por los pueblos.
Los que se creen dueños del “saber”, metidos a mercaderes del conocimiento, van
por el mundo dictando cátedra sobre su “bondad”, extraterrestre, expresada en
“dar educación al pueblo”. Y pasar factura, desde luego. Y repiten, con
ignorancia impúdica, que la “educación” lo arreglará todo. Hablan, claro, de su
“educación” que es su gran negocio.
La
maquinaria “educativa” financiada por la burguesía, en todos sus niveles y
extensiones, (y con excepciones honrosas) es una maquinaria de guerra
ideológica empeñada en sistematizar, en las aulas, los modos y los medios para
amaestrar personas, para inocular la ideología de la clase dominante disfrazada
con “prestigio científico” y para hacer tragar a los pueblos la “dignidad
culterana” de las más vergonzosas teorías pseudocientíficas, y los más
bochornosos exorcismos al capitalismo. Diariamente un ejército de “educadores”
serviles infesta los espacios “académicos” (públicos o privados) para hacer
creer a los “estudiantes”, gracias a un salario mayormente mediocre, que el
“saber”, autorizado por las oligarquías y sus instituciones, es la verdad
revelada que los conducirá a un futuro de “bienestar” a cambio de entregar su
cerebro con docilidad y servilismo. Espejismos del cuentapropismo académico
parasitario y decadente. Y lo avalan con títulos de pre-grado, grado,
post-grado… el fetichismo de los títulos académicos.
Ese
modelito de falacias y extorsiones “educativas”, ¡institucionales!, ha tendido
trampas “lógicas” a diestra y siniestra para garantizar la sobrevivencia de un
monstruo burocrático costoso, anacrónico, anti-democrático, autoritario y
discriminador basado en reproducir en las aulas les relaciones obrero-
patronales. Todo revestido con palabrería “científica” para hacer creer que es
“conocimiento” cierto, ese magma de ignorancia, limitaciones y petulancia que
desparraman diariamente millones de “educadores” cómplices de la farsa. Eso,
claro, con la bendición de los jefes que no son menos serviles, ni menos
cómplices, ni menos ignorantes que sus súbditos “cultos”. Aunque “administren”
o “gerencien” bien.
No
hay atenuantes, la historia de la educación burguesa, que por momentos fue
exitosa sólo para la clase dominante, ha sido un fracaso horrísono que al
proletariado sólo trajo penurias, gastos inmensos, estigmas, maltrato,
marginación e inutilidad pasmosa. Una educación emancipadora está todavía por venir
cuando sepamos des-mitificar y modificar el estado actual de esa “Educación”
burguesa que no ha resuelto, ni resolverá, los verdaderos problemas de fondo.
Los “grandes avances” burgueses, en ciencia y tecnología, se traducen
mayoritariamente en penurias y explotación para los pueblos. Eso no lo tapan
las migajas “educativas” de las demagogias.
Está
en crisis la Educación originada por los aparatos burgueses para la dominación
ideológica, como expresión de la Crisis de Dirección Revolucionaria que aqueja
a la humanidad. Tal “crisis”, ya añeja, en el sentido de crisis rumbo y en el
sentido de crisis de dirigentes, debe ser objeto supremo de la Educación
Revolucionaria que bien debe servir como motor organizador que refresque y
expanda la conciencia de la humanidad y libere los millones de categorías y
conocimientos que le han sido vedados o secuestrados por obra y gracia de la
ideología, y los intereses, de la clase dominante.
Algunos
luchamos por una Revolución Educativa internacionalista, que sea producto de la
gran Revolución Socialista impulsada por los trabajadores de todo el mundo.
Algunos luchamos, e inventamos salidas, desde trincheras diversas. Quisiéramos
la ciencia emancipada y al servicio de la humanidad y no la ciencia mercachifle
que se adueñó de los centros de estudio para domesticar cerebros y ganancias.
Quisiéramos terminar con los latifundios académicos y el besamanos doctoral.
Quisiéramos vida democrática plena en las aulas, quisiéramos cultivo colectivo
del conocimiento, quisiéramos docentes, estudiantes y científicos hermanados,
hombro a hombro, con las luchas de los pueblos, especialmente en la lucha
contra la ignorancia y la miseria intelectual.
Quisiéramos
educación y ciencia en plena Batalla de las Ideas, quisiéramos alegría y moral
de lucha en el descubrimiento del saber, quisiéramos la ética socialista como
epistemología de las ciencias y la pedagogía emancipadora sin las aberraciones
“didácticas” que la niegan. Quisiéramos un programa educativo mundial no
subordinado al interés de la usura, ni al negocio de élites, ni a la idolatría
burguesa… “Necesitamos otra educación para otra sociedad y otra sociedad para
otra educación” KM. No es mucho pedir.