EL CAMINO ESTÁ TRAZADO POR LA HISTORIA DE LA LUCHA.
SEMBREMOS FUTURO, CONQUISTANDO NUESTROS SUEÑOS.
Palabras pronunciadas por Guillermo Molina M. en conmemoración de los 50 AÑOS DE FECODE,
evento realizado por SIMATOL 24 de marzo.
Teatro San Simón. Ibagué
Con el nombre inicial de Federación Nacional de Educadores, designado en su primer Congreso, Aula Máxima de la Universidad de América, posteriormente acreditado como Federación Colombiana de Educadores, surge FECODE en el interregno histórico de comienzos de la segunda mitad del siglo XX, marco político nacional que condujo al siniestro proyecto oligárquico burgués-terrateniente del “Frente Nacional”, igualmente excluyente, antidemocrático, de arrasamiento físico contra toda forma de expresión reivindicativa y popular como hoy, y en un lapso del acaecer insipiente del desarrollo político del proletariado colombiano.
Las primeras y decisivas luchas libradas por los sectores avanzados de la entonces embrionaria organización de educadores del país, estuvo caracterizada, como el deber ser esencial de una nueva visión de clase, la de los trabajadores, por el supremo deseo de enfrentar las posiciones patronales en su interior, brega por la independencia de clase y pugna por sus intereses mas altos, frente a los patronos y gobiernos de turno. Disputa significativa, al igual que la unidad, sin las cuales, jamás los trabajadores podrán, como atinaba Marx, alcanzar los cielos y lograr su propia redención. Deslinde imprescindible que no cesará, mientras exista división de clases y que condujo a la larga en estas primeras épocas, arrebatarle al gobierno el control político de las organizaciones sindicales a ella adscritas. Parte de esa lucha denodada que se concreta a diario, representa el ABC de la insignia sindical clasista. Esta contradicción central frente al permanente embate oficial por cooptarnos, dinamiza y es el motor de avance y unidad.
Contrariamente, a los que bajo una concepción burguesa e idealista, achacan al sindicalismo, como ha sido actitud usual de los dueños del poder, los males que infringen sus políticas, las gubernamentales sometidas a las égidas imperiales y del gran capital, a la existencia de diversidad y lucha ideológica de distintas corrientes del pensamiento, movimientos sociales y políticos allí conexos, ellos son los que por su naturaleza actualizan y fortalecen la lucha política y sindical de la Federación. La dificultad a la postre estriba, no en la emulación democrática de ideas y pensamientos, base de todo desarrollo social, sino en que de esa pluralidad se genere dogmatismo, imposición, exclusión y por consiguiente atomización y no unidad de clase, frente a políticas de arrasamiento de los derechos sociales, políticos y laborales de los trabajadores.
La irrupción de FECODE en el panorama político, sindical, cultural y social del país, desde entonces, no ha estado ausente de la lucha por la defensa de la educación pública, la soberanía nacional y los derechos de los trabajadores, campesinos, estudiantes, padres de familia y en general del pueblo colombiano.
Fecode, no sólo ha permitido la articulación de las luchas de los docentes en los distintos niveles de la enseñanza, igualmente la de los intelectuales y trabajadores en general, pero además, se ha convertido en uno de los principales baluartes de esperanza de los oprimidos por la transformación democrática y revolucionaria de la sociedad colombiana. Los hechos así lo demuestran.
Son históricos los acompañamientos, la incesante lucha y el papel jugado en la explosión de resistencia civil de los sectores democráticos, intelectuales y representativos de la nacionalidad colombiana frente a la injusticia, discriminación, opresión, desigualdad y miseria.
Gloriosas luchas lideradas, como la de 1966, 1971... por un estatuto Docente. Desde el ayer, contra políticas antipopulares de los gobiernos títeres de Lleras Camargo, Valencia, Lleras Restrepo ó contra leyes o decretos como el 233 expedido por Misael Pastrana Borrero en 1971 y demás medidas sin excepción que afectan la labor docente, en cada uno de los gobiernos oligárquicos, FECODE ha levantando la defensa de la educación y los derechos de los trabajadores.
De repercusión trascendental para los educadores, más allá de la simple reivindicación gremial, cuyo influjo alcanzó todos los sectores de la academia, intelectualidad e investigación y cuyos propósitos permanecen vigentes, de capital importancia para impulsar alternativamente la lucha ideológica, filosófica, científica, política y sindical por una verdadera cultura nacional, científica y popular, lo constituyó y es ejemplo insigne para el futuro, la aportación en la formación del Movimiento Pedagógico Nacional en la década de los 80, conducente a colocar en el escenario nacional la discusión profunda de los problemas de la educación, pedagogía, escuela, el quehacer magisterial y la función de los docentes como intelectuales soñadores de un nuevo Estado, una nueva democracia y un nuevo país.
Contribución igualmente decisiva en numerosos paros cívicos, formas sin par de participación reivindicativa contra la creciente privatización de la educación, los servicios públicos, vías, salud; por el derecho a la vivienda digna, autonomía municipal, regional; defensa de la soberanía, alza general de salarios, libertad de reunión, expresión, cátedra y democracia.
La intervención de la Federación en coordinadoras de movimientos sociales, entre multiplicidad de luchas y pensamientos, ha dado impulso decisivo al movimiento sindical y a la fundación de la Central Unitaria de Trabajadores Cut, objetivo de unidad orgánica de todo el movimiento sindical aún no logrado cabalmente, pero ha representando un avance significativo de fortaleza contra el neoliberalismo y la opresión imperial.
No ha habido avance social sin conocimiento, ni conocimiento sin experiencia, ni lucha sin opresión ni contradicción. La esclavitud edificada siempre sobre la ignorancia, conduce inevitablemente a construir alternativamente sueños y visiones sociales. El sumun de experiencias en la lucha suprema por alcanzar la unidad orgánica del sindicalismo colombiano, y en particular la del magisterio y sus derechos sindicales, por desbrozar tácticas y estrategias para alcanzar el destino soberano como nación, la justicia e igualdad social y los postulados sublimes de alcanzar la victoria sobre el capitalismo y sus lacras, cobran especial importancia en la experiencia que se resume en FECODE, laboratorio de luchas y reveses, cuya conquista inmediata ha de sobrepasar la dispersión, los intereses grupistas para que saltando a la constitución del Sindicato Único de trabajadores de la educación, persistiendo en la independencia y lucha de clase, en la lucha por alcanzar los intereses más sublimes de la nación, ésta generación de docentes colombianos, los cobijados por la ley 2277, 1278, provisionales o por contratos, como tiene el deber y el honor de reconocer en esta pléyade presente de valerosos y disímiles luchadores de clase en todo el territorio nacional, el ejemplo a seguir para derrotar la retardataria, mal llamada “revolución educativa” del Uribista ó sátrapa de turno, con su torva de decretos y leyes lesivas a la educación, la pedagogía y la profesión docente que conducen al cercenamiento de las más caras conquistas, derecho a la salud, discriminación laboral, prestacional y pensional de que somos objeto.
Si bien, el recorte sistemático de los derechos laborales, contratación, privatización de todas las instancias públicas, han conducido muy a contrapelo de la lucha social y popular, entre ellas la de los educadores, en la implantación de todo el rosario neoliberal que desde Virgilio Barco y Cesar Gaviria hasta el fatídico señor de las Sombras y de la “inseguridad democrática de desapariciones, descuartizamientos, falsos positivos y ajusticiamientos paramilitares, ha sido un revés para los trabajadores y el pueblo, nunca antes, como ahora, se requieren generaciones que frente a la crisis más intensa y recurrente del capitalismo, sepan dilucidar las contradicciones internas y externas de las clases dominantes y avanzar en la unidad y conquista de nuestros derechos.
Por eso, resulta además de ignorantes, aquellas voces que aún, en medio de la crisis más profunda de la ideología y cultura burguesas, pretenden desconocer los avances y la enorme significación de las conquistas logradas por FECODE, que si bien es cierto, no resuelve todas las expectativas ni logra aún alcanzar las más sentidas reivindicaciones económicas, laborales y democráticas de los educadores, cuestión que debe quedar bien clara, posible sólo con la emancipación social y lucha permanente contra toda opresión, sí representan, un sólido bastión para alcanzarlos y proseguir emulando de las victorias y tropiezos para en últimas, edificar entre todos una patria libre, desarrollada, soberana y justa.
¿Será que no fastidian los recuerdos todavía de los horrores del pasado, una profesión sin ninguna garantía laboral, sino el capricho de los administradores del Estado, la que daba el servilismo al directorio político de los partidos tradicionales y la iglesia o la persecución, señalamiento, hambre, destierro a los lugares más apartados, despido o la muerte por la dignidad y lucha de los docentes? ¿Acaso no se recuerda el oprobio vivido de un “Estado cantinero” que redujo la profesión a la indignidad, el estímulo al vicio y el pago por cajas de aguardiente? Lo que aún tenemos, proviene en su mayoría de la rebeldía y decoro de luchas del pasado. Sólo el que no ha vivido ni conoce la historia, se atreve a menospreciar nuestra gesta.
Desde “brazos caídos”, suspensión de clases o ceses de actividades con los estudiantes en las aulas, al primer acto de alcance nacional que se llevó a cabo con el paro nacional y la llamada “marcha del hambre”, entre Santa Marta y Bogotá, en 1966, alcanzando reivindicaciones como el pago cumplido de salarios en los primeros cinco días del mes, convertido en norma; paros nacionales de 1971, 1977, de los ochenta, noventa, marchas, huelgas de hambre, tomas de vías y troncales, paros cívicos hasta los paros del 2000 al 2007; conquistas como la ley 2277, ley general de la educación 115 y todos los derechos adquiridos, hoy varios de ellos conculcados y otros en peligro definitivo de cercenamiento. Pero el trasegar y la pugna de clase ha sido y es inevitable. Igual los errores y desaciertos.
El camino está trazado por la historia de luchas. Victorias, reveses, dificultades y tropiezos son parte del legado. Hemos sido y somos gestores del pasado, presente y lo seremos del futuro. Seguir el derrotero trazado de independencia clasista y lucha popular, estudio, abnegación y solidaridad, en este cincuentenario de homenaje a los que están, pero igualmente, a los fallecidos en el tremor de la fragua, y el paso significativo para saber emular las hazañas de los sesenta a ochentas, representados hoy con la presentación y acompañamiento masivo petitorio del Proyecto Único de Estatuto Docente en la capital de la República, debe ser nuestra proclama para comprometernos con mayor ahínco y tesón como nos depara la hora. Sembremos futuros, conquistando como trabajadores nuestros sueños.
POR LA CONSTRUCCIÓN DE UN SINDICATO ÚNICO DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN…
POR LA CONCRECIÓN Y PROFUNDIZACIÓN DE LOS POSTULADOS DEL MOVIMIENTO PEDAGÓGICO…
POR LA CONQUISTA DE UN ÚNICO REGIMEN LABORAL, PRESTACIONAL, PENSIONAL Y DE SALUD A LAS Y LOS EDUCADORES COLOMBIANOS…
¡Viva la celebración revolucionaria de los cincuenta años de lucha de FECODE y el magisterio colombiano!
Marzo 24 de 2009
GUILLERMO MOLINA MIRANDA
SIMATOL. COMITÉS ZONALES IBAGUÉ