La guerra constituye el más horrible fracaso del ser humano...
POR VÍCTOR ZULUAGA GÓMEZ
La guerra constituye el más horrible fracaso del ser humano debido a la incapacidad de dialogar, de llegar a acuerdos para lograr convivir en medio de la diferencia. Eso lo hemos vivido y lo seguimos viviendo los colombianos, en la medida que de tiempos inmemoriales nos hemos alineado en extremos.
Si bien es cierto que el “homo sapiens” logró imponerse sobre todos los homínidos que le antecedieron, el éxito se logró, en lo fundamental, por la aparición de la lengua, del idioma, que permitió una comunicación y con ello un trabajo comunitario, que superó en gran medida el instinto de protección que ya tenía presencia entre los chimpancés.
Pero la humanidad fue desarrollando su capacidad para invención de herramientas de trabajo y también armas para defensa y ataque. Sin embargo, no hemos podido encontrar un sistema económico y político que nos permita seguir creciendo, entendido el crecimiento como un mejor estar colectivo. Occidente ha crecido, se ha “desarrollado”, pero, dicen los teóricos, sobre la base del trabajo de mano de obra más barata de otros continentes y de recursos naturales también, lejanos. No olvidemos, por ejemplo, que Zara, la empresa española que diseña y vende ropa, la produce con mano de obra de la India, país reconocido por su nivel de vida paupérrimo.
Decir que el 1% de las ganancias de todas las grandes compañías en el mundo, va a parar a manos del 50% de pobres, no deja de ser un absurdo, si tenemos en cuenta, de otro lado, que el 50% de las ganancias van a parar a manos de un 1% de la población, obviamente oriunda de lo que se ha llamado el “primer mundo”.
Lo que estamos presenciado debido al enfrentamiento entre Rusia y Ucrania no es otra cosa que la polarización mundial, en donde por un lado encontramos a la Unión Europea y Estados Unidos y de otro a Rusia y China. Dos fuerzas que se disputan el mercado mundial, acudiendo a regionalismos, ideologías religiosas y políticas para enmascarar el ansia de poder, de riqueza, de acumulación.
Nosotros en Colombia, seguimos viviendo en un clima de confrontación política entre quienes les han apostado a los procesos de paz y los que consideran que se debe imponer un solo punto de vista. De allí que el presidente Duque hiciera el oso criticando a Rusia, cuando la violencia en Colombia es el pan de cada día.
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