- El primer Mandatario de Colombia firmó en Bruselas (Bélgica), con la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) un acuerdo de intercambio de información y seguridad para la fecha del 6 de junio del 2013.
- El Congreso de la República de Colombia avaló, en 2014, el acuerdo de cooperación que fue firmado el 6 de junio de 2013.
Invasiones y Terrorismo, 5000 soldados para las guerras ajenas
¿Cuál democracia hay que defender en territorios ajenos, si aquí todavía no funciona?, ¿cuáles derechos hay que devolverle a otros pueblos si aquí todavía no es clara la idea de ser humano que estamos construyendo y que no dejamos de violentar?,
¿Cuál terrorismo hay que salir a combatir, si aquí la barbarie supera lo imaginable y borra sus huellas con nueva barbarie?
Manuel Humberto Restrepo Domínguez
Las elites de la clase política global, estudian, diseñan, formulan y trazan la política a seguir en cada nueva intervención político-económica-militar. La elite, situada en el pentágono, la casa blanca, la torre trump, el G-7, configura ideológicamente el plan a seguir. La base de esta planeación estratégica, con análisis de escenarios, alianzas, costos y beneficios, distribución de poder y proyecciones, se resume en definir al enemigo de la seguridad y la paz global al que hay que combatir. El paso dos del proceso de planeación se orienta a comprometer a otros, al lobby diplomático, las visitas in situ (como la reciente de vicepresidente Mike Pence el 13 de agosto para hablar entre otros de Venezuela, Irán, Rusia y pedir que se corten relaciones con Corea del Norte), a crear vínculos con gobiernos, formaciones políticas (especialmente de derechas), trasnacionales, organizaciones multilaterales o incluso ONU, OEA, medios de comunicación y grupos de opinión, sobre los que se descarga la idea de que en la siguiente etapa de destrucción se hará lo que la opinión publica quiere que se haga porque la democracia lo exige y la seguridad lo necesita.
La siguiente etapa que es de destrucción, inicia con la injerencia de la matriz mediática insistente, incisiva, redundante, imparable, y la ocupación del terreno en todos sus componentes (político, social, económico, cultural), nada distinto al proceso de invasiones a américa con conquista, evangelización y colonización. La tarea queda a cargo de ejércitos, tropas y novedosos aparatos asesinos no tripulados, que componen la intervención militar, en la que a las elites les resulta útil comprometer a un buen número de países, gobiernos y estados que cumplan tareas directas, se hagan visibles, atiendan ordenes de campaña y extiendan el marco de posibilidades para que las consecuencias ya previsibles de retaliación con acciones terroristas sean también redistribuidas.
La tercera etapa es de reconstrucción, en la que se juega a fondo el orden económico global estrechamente vinculado al capital financiero. El modelo de invasión, se termina interpretando como de guerra asimétrica, en aplicación de la ley patriot de 2011 y de la guerra preventiva que derrumba las barreras y límites entre lo civil y lo militar, entre lo político y lo económico, entre la vida y la muerte, que a la vez destituyen el orden legal del DIH y de los derechos humanos y termina por imponer la premisa de que no hay derechos ni garantías de protección para los declarados enemigos sean pueblos o personas. El objetivo de las elites globales y en escala locales, de su metódica planeación, destrucción y reconstrucción, es obtener el control total de la población, el territorio y las riquezas, cambiar reglas y someter al orden hegemónico ideológico y cultural.
Los invasores, que impiden cualquier expresión de levantamiento popular de resistencia, esperan una contraparte que les permita legitimar y mantener sus acciones de guerra, y empujan para obtener respuestas de tipo terrorista, de cuya existencia son sus responsables. De esta manera los civiles dejan de existir y con ellos el sentido del sufrimiento de las víctimas. El agresor puede ser cualquiera y la victima también, los mercenarios se llaman ahora contratistas y los contratistas no entienden de ética ni legitimidad. Las invasiones y las acciones de respuesta asimétrica de tipo terrorista, llevan implícito el regreso de la ley del talión, en tanto que si un país ataca a otro, queda expuesto a ser atacado con la misma ferocidad por quien quiera proclamares representante de una comunidad, pueblo, minoría o grupo y puede también o no tener conexiones globales.
El que ataca como parte de un ejército de invasión, no recibe órdenes directas si no que cumple misiones y entenderá que la destrucción es un daño colateral necesario, sea de vidas humanas, bienes culturales o infraestructuras y el que ataca en acción terrorista entenderá que responde a una venganza. El que ataca como parte del ejército invasor representa a su país de origen sobre el que recaerán las retaliaciones por donde menos lo espere. Un soldado en guerra ajena inscribe el nombre de su país como territorio próximo de la retaliación. Cuando la acción terrorista no se hace posible en el lugar geográfico del invasor, el ataque podrá producirse en cualquier parte con alguna representación global donde se junten nacionales de distintos países, como sitios de peregrinación, grandes superficies, parques públicos, sitios turísticos, centros culturales o deportivos, calles, avenidas, fiestas populares, iglesias, mezquitas, sinagogas. Basta que haya escarnio y el dolor genere mas rabia y menos tolerancia, que despierte pasiones y desate lo menos humano de los humanos, que active el imaginario de que en cualquier lugar hay un enemigo anunciando que el que ataque también será atacado, a su tiempo, en el momento preciso.
Son guerras inventadas, planeadas para mantener al mundo bajo estado de excepción, (estado de sitio del que Colombia es su precursor en democracia), para acelerar la velocidad de expansión del capital triplicado en papeles especulativos; desestabilizar independencias; sostener la desigualdad global y local que muestra a menos de millón de humanos dueño de mas de la mitad de todo lo que existe incluida la profundidad de los mares y la inmensidad del infinito ante varios miles de millones que sobreviven con hambre, sufrimientos y carencias. La desigualdad acoraza a la arrogancia del poder que queda libre para extender el capital especulativo, los nuevos instrumentos financieros, las tecnologías y el despojo de las riquezas materiales que sostienen la vida humana y del planeta.
Las de hoy son invasiones asimétricas, guerras inútiles alimentadas con odios, con mitos morales y discursos espurios de buenos y malos, con mentiras, con falsos temores que provocan miedo y hacen que las mismas víctimas se encarguen de pedir mas control, mas seguridad, aunque esta traiga consigo socavar derechos y eliminar libertades. Los cambios en la morfología de la economía y la política globales, ponen al descubierto un modelo ideológico que promueve la guerra cotidiana, que desestabiliza la idea de que “para alguien pueda existir lo cotidiano fuera del espacio y el tiempo de la guerra” (Appadurai, 2007). Lo inalcanzable y despiadado de las fluctuaciones del capital resulta tan lejano y tan sólido en su capacidad de controlarlo todo, que desborda los antagonismos que antes lo enfrentaban y eliminan los espacios para confrontarlo y ponerlo a debate. Es en la mitad de estos cierres e intolerancia que surge el terror celular, individual o colectivo con capacidad de globalizarse y reemplazar por violencia cualquier salida de paz como pilar de la vida cotidiana. El terrorista reclama representar la incapacidad de los pueblos para resistir tanta muerte y humillaciones.
La Terrible noticia para Colombia, es que aparte de incumplir la palabra empeñada para responder al compromisos de la paz firmada, de soslayo abra las posibilidades para participar en otras guerras del lado de los invasores y se disponga a enviar 5000 soldados como carne de cañón y a costa del erario a perseguir enemigos señalados así por las elites de la clase política global, que con xenofobias, discriminaciones y odios extienden una política de ultraderecha global basada en intervención, injerencia y violación de la soberanía y libre autodeterminación de otros pueblos. Quizá rememorando el envió de tropas en 1951 para empezar la guerra fría, Colombia envió a Corea a casi 5000 soldados a impedir la expansión del comunismo, aunque no sabían dónde quedaba, sin embargo entre el casi cercano medio millón de víctimas murieron 196 y mas de 400 quedaron heridos y olvidados. Resulta poco comprensible que el presidente Santos que ha cosechado logros políticos y sociales en nombre de la paz y obtenido un premio nobel dedicado a las víctimas y ofrendado a la vida, incentive, promueva y conduzca soldados campesinos a guerras ajenas de las que no todos regresarán, en las que hay destrucción, muerte, sufrimiento y también retaliación terrorista. ¿Cuál democracia hay que defender en territorios ajenos, si aquí todavía no funciona?, ¿cuáles derechos hay que devolverle a otros pueblos si aquí todavía no es clara la idea de ser humano que estamos construyendo y que no dejamos de violentar?, ¿Cuál terrorismo hay que salir a combatir, si aquí la barbarie supera lo imaginable y borra sus huellas con nueva barbarie?
Nada justifica las acciones orientadas a producir terror y todas son condenables, repudiables. Tampoco nada justifica las intervenciones abiertas y encubiertas que desestabilizan la vida, provocan la muerte y alientan que la intimidación, el temor y el miedo se apoderen de las vidas y las mentes de los inocentes. Es por lo menos incoherente con la paz en construcción llevar soldados de estas tierras a combatir en tierras ajenas, porque mañana vendrán los expulsados de allá y crecerá la xenofobia, la rabia, el odio y entonces basta con que una acción terrorista. Ese es el plan, el circulo vicioso que crea el capital con soldados que matan y mueren, con terroristas que envilecen y también son asesinados, civiles expuestos de lado y lado y elites que distribuyen réditos políticos y riquezas, impidiendo entender que no puede seguir siendo cierto que los buenos sean buenos porque matan a los malos. La lucha hay que ganársela a toda intervención, a toda violencia, a toda agresión imperial y de venganza.
Fuente Artículo: http://www.alainet.org/es/articulo/187515
Fuente notas iniciales y video: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/12/26/colombia-santos-anuncio-entrada-a-la-otan-venezuela-senala-que-asi-se-vulnera-la-zona-de-paz/
Solicitan a Presidentes Santos que Colombia revierta el acuerdo con la OTAN
osirredentos2015
Sr. Juan Manuel Santos
Presidente de la República de Colombia
Presente
Hemos tomado conocimiento que Colombia firmó en Bruselas, Bélgica, con la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) un acuerdo de intercambio de información y seguridad.
Queremos manifestarle a usted, al Congreso, y al pueblo de Colombia nuestra preocupación y rechazo a este acuerdo y pedimos a Colombia que considere la posibilidad de anular esta decisión.
Mientras América Latina y el mundo celebramos los avances en los Acuerdos de Paz con la guerrilla insurgente y que Colombia camina hacia la estabilización de su sistema social y democrático la firma de este acuerdo con la OTAN es un paso negativo que pone en riesgo a Colombia y a todo nuestro continente.
La OTAN ha sido una maquinaria de guerra en la historia de la humanidad y nada bueno ha surgido de esta organización que sólo ha sembrado la destrucción, la muerte y la violencia contra naciones pequeñas e indefensas donde los mismos países participantes han fomentado la guerra y la división de estas naciones para favorecer y lograr sus objetivos geopolíticos.
Al ser Colombia parte de la OTAN inmediatamente se convierte en un objetivo de la guerra inhumana que la misma OTAN ha fomentado lo que pone al mismo tiempo a todo nuestro continente en riesgo.
Creemos que Colombia y todos nuestros países deben avanzar para hacer realidad plena el objetivo que América Latina y el Caribe sean una Zona de Paz como proclamó la CELAC, en enero de 2014, en la Habana, Cuba.
Pedimos que Colombia revierta esta decisión, se retire de la OTAN, y siga su camino y su compromiso por la paz.
Atentamente,
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz
Martín Almada, Premio Nobel Alternativo
María Stella Cáceres, Directora del Museo de las Memorias: Dictadura y Derechos Humanos. Asunción, Paraguay
Alicia Lira, Presidenta AFEP, Chile
Myriam Parada Avila, Directora Ejecutiva Escuela de Paz, Colombia
Gustavo Gallardo, Presidente la Fundación Lazos de Dignidad, Colombia
Antônio Barreto, presidente de CEBRAPAZ, Brasil
Guillermo Burneo, Perú
Frei Betto, escritor, Brasil
Sandra Quintela, economista, Brasil
Lúcia Skromov, Brasil
Stella Calloni, periodista, Argentina
Ana Lia Murriello, Argentina
Carlos A. Settembrini – Arrecifes – Argentina
François Houtart, Ecuador
Julin Acosta, República Dominicana
Rachel Reist, Coordinadora del Consejo de SOAWatch
Susana Pimiento, EEUU
Judith Kelly, escritora, maestra por la paz, EEUU
Rev. Raul Suarez, pastor (r) bautista, Cuba
Elisa Mata, militante de solidaridad internacional y derechos humanos, Argentina
Jonathan González Quiel, Panamá
Jorge Mansilla Torres, boliviano, ex embajador en México
Lucio Oliver, Dr. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, México
Alfonso Anaya, México
Hildelisa Preciado, México
Dalia Ruiz, México
Carmen Mendoza, México
Leticia Gutiérrez, México
Gabriela Hernández, México
María Elena López G, México
Norberto Pérez, México
Maricarmen Montes, México
Elizabeth Alejandre, México
Rosa Barranco, México
Angeles González, México
María de Lourdes del Villar, México
Bertha Vallejo, Graciela Tapia, México
Marisa Rodríguez, México
Rosa María Larroa, México
Leonor Aída Concha, México
Cristina Steffen, México
Claudia Sandoval, Walter Martínez, México
Pastor Ricárdez, México
Ángel Torres Velandia, México
Gabriela Aminta Videla González, Cuernavaca, México
Raphael Martinelli – Brasil, advogado, Núcleo dos Irredentos / Rádio Os Irredentos
Geraldo Sardinha – Brasil, Núcleo dos Irredentos / Rádio Os Irredentos
Organizaciones:
Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Chile
Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH
Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos
Centro Memorial Dr. Martin Luther King,Jr, Cuba
Comisión Ética Contra la Tortura, Chile
Grupo Tortura Nunca Mais/RJ, Brasil
Corporación 3 y 4 Álamos: Un Parque por la Paz, la Memoria y la Justicia
Servicio Paz y Justicia Paraguay
Servicio Paz y Justicia México
Servicio Paz y Justicia Chile
Servicio Paz y Justicia Uruguay
Servicio Paz y Justicia Costa Rica
Servicio Paz y Justicia Argentina
Coordinación Latinoamericana del SERPAJ – AL
COMISEDE, Perú
Liga Argentina de los Derechos del Hombre
Coordinadora Americana por los Derechos de los Pueblos y las Víctimas de la Prisión Política
Unión Bicentenario de los Pueblos (UBP, Capítulo Chile)
Comité Oscar Romero – SICSAL Chile
Comitê Pró-Haiti – Brasil
Tribunal Popular – Brasil
Organização Indígena Revolucionaria – Brasil
Mujeres para el Diálogo, México
Comité Monseñor Oscar Romero, SICSAL México.
Movimiento de Solidaridad Nuestra América, México
Somos una América Abya Yala
Centro Amigos para la Paz, Costa Rica
Comité Óscar Romero de Vigo
Comité Monseñor Oscar Romero, Madrid, España
Insurrectas Autónomas Honduras
Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas – SOA Watch
Fuente: https://osirredentosblog.wordpress.com/2017/03/22/solicitan-a-presidentes-santos-que-colombia-revierta-el-acuerdo-con-la-otan/