Proyecciones negativas para la economía colombiana
John Martínez
Hay tensión en el ambiente tras conocerse nuevas cifras que confirman la inminente crisis económica en Colombia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reporte “Panorama Económico Mundial” del mes de abril bajó la perspectiva de crecimiento económico para el país, pasando de un 2,6% a un 2,3. Su proyección coincide con el informe presentado por el Dane el día 17 de abril sobre el desempeño de la industria y el comercio criollo, en el cual se informa de un bajonazo en estos dos sectores para el primer bimestre del presente año, en relación con el anterior. Según el Departamento de Estadísticas la industria cayó un 3.2% y el comercio un 7.2. A su vez, el jueves 20 de abril el Ministerio de Minas y Energías informó que “la producción promedio de crudo durante el mes de marzo fue de 804.000 barriles por día, presentando una disminución de 6,94% respecto al mes de febrero donde fue de 864.000 barriles” y una disminución del 12,2% con respecto a marzo del 2016.
Los reportes sorprenden pues, según las proyecciones oficiales, durante este año la economía superaría lo alcanzado en los años anteriores. Pero sucede todo lo contrario. De manera gradual y persistente, el Producto Interno Bruto registra una caída continua (2011: 6,6%; 2012-2014: 4; 2015: 3,1; 2016: 1,8). Especialistas en el tema afirman que el primer trimestre del presente año podría ser peor a su par del 2016. El augurio no es escalofriante dado que dicho año mostró el peor rendimiento económico desde 2009.
Por tal razón –razones– en Colombia predomina el pesimismo. «Muchas cosas van mal, hay otras que se le pueden echar incienso, pero no todas. Cuando uno tiene cifras en enero de menos 2,2%; cuando usted tiene cifras en febrero de menos 7,2% y cuando uno tiene en alimentos menos 1,1 eso es una realidad preocupante que la certifica una institución que es el Dane» dijo en entrevista para el programa «Pregunta Yamid», Guillermo Botero, presidente de Fenalco. «Este bimestre fue muy regular para la industria. La refinería en Cartagena mostró un 5% negativo» dijo en el mismo programa, Bruce Mc Master, presidente de la Andi.
Por el contrario y con aires embaucadores, Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, insiste en afirmar que la economía colombiana crecerá 2,5% para el presente año, cifra que, como señala Guillermo Botero, no parece corresponder a la realidad del país. Su falso optimismo se basa en la inversión que hará el gobierno en infraestructura del mismo modo como se hizo en los Estados Unidos para salir de la gran crisis del 29, una estrategia que desde entonces se conoce como política keynesiana, en referencia a su promotor el economista británico John Keynes. Sin embargo, esta estrategia, en últimas, abulta con dinero público el bolsillo privado gracias a las APP (Alianzas Público Privadas),en las cuales las empresas se encargan de ejecutar las obras; pero recordemos con el caso de Odebrech y el de los Nule toda la corrupción que entraña esto. El Ministro Cárdenas también confía en el repunte del oro negro, un repunte que, sin embargo, la mayoría de los analistas no ven para el futuro próximo ni mediano; el mismo pronóstico se estima para la balanza comercial.
Causas de la caída
La mayoría de presidentes gremiales y especialistas en la materia coinciden al señalar que la disminución en la demanda interna de las familias es la razón principal de dicho comportamiento económico. Argumentan en ese sentido que la reforma tributaria del 2016 provocó una disminución significativa en el gasto de las familias. Sin embargo, y por el contrario, análisis más agudos enfatizan que el problema radica en la disminución en la producción de materias primas de exportación como el petróleo, lo cual refleja un problema aún mayor: la gran inestabilidad de la economía colombiana al depender exclusivamente de la exportación de materias primas. De igual modo como sucedió en el país en los siglos XIX y XX con otros productos de la tierra como la quina y el café. Un problema histórico que las clases dominantes han sido incapaces de resolver.
Así, frente a la reducción fiscal, el Estado plantea como solución disminuir la inversión social, al gasto público y a su vez crear reformas tributarias con el supuesto de subsanar su carencia de ingresos. En el 2015 se recortó 8,5 a 9 billones, en el 2016 6 billones y en el presente año entre 4 y 5 billones. Los sectores más afectados son Hacienda y Trabajo.
La caída del ciclo económico
Lo que se vive a nivel económico corresponde, entonces, a un nuevo ciclo inherente a la dinámica del capitalismo. «Colombia, en particular, alcanzó un crecimiento económico máximo de 6,6% en 2011; durante 2012-2014 mantuvo un aumento del PIB por encima del 4 por ciento; en 2015, debido a la caída en los precios del petróleo, se desacelera la actividad productiva a 3,1%; en 2016 el ritmo económico anual se derrumba a 1,8%; para 2017, por el efecto recesivo de la reforma tributaria (contracción de la demanda de los hogares), el ajuste en el desbalance fiscal y el déficit acumulado en la balanza comercial, el crecimiento del PIB no logrará superar el 1,6%», según proyecta Libardo Sarmiento Anzola.
Esta contracción económica llevará por tanto a que el Gobierno central pretenda seguir empobreciendo con más impuestos a los hogares de nuestro país, sin tocar para nada a los grandes capitales. Como siempre, socializan la crisis y privatizan las ganancias.
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