Sindicatos piden reevaluar el cumplimiento del Gobierno
Sindicatos promueven en Ginebra investigación al Gobierno
David Mayorga
Con un informe detallado sobre la protección de los derechos laborales, buscan que la OIT revise el progreso del país en la materia. La petición no afectaría el TLC firmado con Europa.
Juan Somavia, director de la OIT, preside la edición número 101 de la Conferencia Internacional del Trabajo. / EFE
El lunes pasado, cuando se conoció que el británico Guy Ryder había sido elegido como nuevo secretario general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los sindicalistas colombianos acogieron la noticia con alegría. No sólo había triunfado su candidato, sino que la eliminación del vicepresidente Angelino Garzón de la contienda les daba vía libre para promover una investigación al gobierno colombiano por el incumplimiento de los compromisos internacionales en materia laboral.
El escenario escogido es la edición número 101 de la Conferencia Internacional del Trabajo, la última a cargo del chileno Juan Somavia, actual director, en la que el alto desempleo de Europa marcará la parada. “Cada vez que el Gobierno se sienta a hablar con nosotros, expide un decreto unilateral que deja sin validez las conversaciones”, le dijo Domingo Tovar, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), a este diario antes de su partida a Ginebra, a la sede central de la OIT.
El documento que sustenta la posición colombiana es un informe de 58 páginas, elaborado por la CUT, la Confederación General de Trabajadores (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), en el cual se afirma que aún no hay garantías plenas para el ejercicio de la defensa sindical y que medidas como la creación del Ministerio del Trabajo, el aumentos de fiscales e investigadores para esclarecer el asesinato de sindicalistas, o las normas para controlar la intermediación de las cooperativas de trabajo, no han tenido efecto alguno.
Pero hay un nuevo ingrediente que se suma a este proceso: el apoyo que los ministros de Comercio de la Unión Europea (UE) le dieron el jueves al TLC firmado con Colombia, un nuevo paso en el proceso de implementación del tratado que le permitirá al texto ser votado en septiembre próximo en el Parlamento Europeo.
Fue un aval ampliamente criticado por las organizaciones sindicales del Viejo Continente, que desde la etapa de negociación han venido denunciando asesinatos y desapariciones sistemáticos, así como amenazas, contra los trabajadores colombianos. Denuncias que podrían dar al traste con uno de los puntos vitales de la política comercial colombiana, pues el TLC incluye una cláusula que le permite a la UE anular los acuerdos alcanzados si Colombia no cumple con sus compromisos con la OIT y no garantiza el desarrollo sostenible de sus trabajadores (ver recuadro).
Claro que los analistas descartan que aquel futuro oscuro se produzca algún día. “Es una condición que debe incluirse en todos los tratados de la UE, para que los países firmantes cumplan la reglamentación de la OIT y los trabajadores europeos no pierdan competitividad. Sus requisitos se cumplen normalmente”, dice Miguel Martínez, catedrático de la Universidad Externado de Colombia.
Para Germán Umaña Mendoza, economista y docente de la Universidad Nacional, el interés europeo no se centra ya en el ámbito laboral, sino en la promoción de los lazos comerciales: “Por cuestiones diplomáticas, la UE ya no tiene la idea de sancionar. Es muy difícil que se decidan a activarla”.
La cláusula europea
Durante el proceso de negociación del TLC con la Unión Europea, el equipo negociador colombiano aceptó suscribir la cláusula CAN-UE de 2003, con la cual el país se compromete a respetar los derechos humanos fundamentales y normas mínimas en materia laboral y ambiental como estándares mínimos en la producción y comercialización de mercancías.
Aunque al principio fue calificada como un “caballo de troya”, por las múltiples denuncias internacionales por desapariciones y amenazas a líderes sindicales, los analistas creen que los criterios de evaluación de esta cláusula al final no son tan severos como los dictados por la OIT.
David Mayorga