Capital transnacional vs Resistencia de los pueblos
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América Latina en Movimiento No 476
Alainet.org
Cuando actualmente se oye hablar de que “el funcionamiento de la economía debe quedar librado a las fuerzas del mercado” debe entenderse que el funcionamiento de la economía (y de la sociedad en general) debe quedar sometido a la estrategia decidida por el capital monopolista transnacional cuyo objetivo es apropiarse por cualquier medio del fruto del trabajo, de los ahorros y de los conocimientos tradicionales y científicos de la sociedad humana.
Contenido:
- Hacia una respuesta sistémica al capital transnacionalizado
- Pongamos freno a las corporaciones: Quién? Cómo? Cuándo?
- Las sociedades transnacionales
- Lex mercatoria: Un nuevo derecho corporativo global
- La economía verde y las corporaciones
- La “captura corporativa” de la Unión Europea
- ¡Ahora es tiempo de soberanía alimentaria!
- Empresas transnacionales e industrias extractivas
- Resistencia en los campos petroleros de Nigeria
- Los Pizarros modernos de Canadá
- Transnacionales farmacéuticas presionan legislaciones nacionales
- Las luchas por el derecho al agua
- Europa: la defensa del agua como bien común
- Asia: Ciudadanía del agua, democracia y resistencia
- Defensa del agua: La crecida de la marea en las Américas
- Energía y Banco Mundial + 20
- Amenaza a la estabilidad financiera mundial
- Tratados de Inversión: piezas clave para impunidad de transnacionales
Las sociedades transnacionales
Alejandro Teitelbaum
(Fragmento)
“… Hasta pasada la primera mitad del siglo XX, la actividad industrial y comercial de las grandes empresas transnacionales fue quizás su rasgo dominante pero no exclusivo. Ya entonces comenzó a aparecer la división de funciones entre un centro que adoptaba las decisiones estratégicas y que tenía sólo esa función, separado de la actividad industrial y comercial, que era confiada a empresas subsidiarias o a subcontratistas, división de funciones que ahora es el rasgo dominante de la economía mundializada.
Otro rasgo del gran capital transnacional es que puede actuar simultánea o sucesivamente en la economía real y en la especulación financiera, en la producción, en el comercio y en los servicios. También, por distintas razones, las grandes sociedades transnacionales que constituyen su principal estructura suelen cambiar de localización territorial y de nombre.
La hegemonía actual del capital financiero es el resultado de un cambio profundo de la economía mundial a partir del decenio de 1970, facilitado por la desregulación del sistema financiero y la libre circulación de capitales. Es el momento que marca el fin del Estado de bienestar, caracterizado por la producción en masa y el consumo de masas, impulsado este último por el aumento del salario real y por la generalización de la seguridad social y de otros beneficios sociales.
El agotamiento del Estado de bienestar obedeció a varios factores entre los que cabe destacar dos: la reconstrucción de la posguerra, que sirvió de motor a la expansión económica, llegó a su término y el consumo de masas tendió a estancarse o a disminuir lo mismo que los beneficios empresariales. También incidió el “shock” petrolero de comienzos de los años 70.
Para dar un nuevo impulso a la economía capitalista y revertir la tendencia decreciente de la tasa de beneficios, se hizo necesario incorporar la nueva tecnología (robótica, electrónica, informática) a la industria y a los servicios y eso requirió grandes inversiones de capital.
Alguien tenía que pagar la factura. Comienza entonces la época de la austeridad y de los sacrificios (congelación de los salarios, deterioro de las condiciones de trabajo y aumento de la desocupación) que acompañaron a la reconversión industrial. Al mismo tiempo, la revolución tecnológica en los países más desarrollados impulsó el crecimiento del sector servicios y se produjo el desplazamiento de una parte de la industria tradicional a los países periféricos, donde los salarios eran –y son– mucho más bajos.
Los bienes esenciales para la supervivencia (alimentos, servicios de salud, medicamentos, vivienda, etc.) quedaron fuera del alcance de la gran mayoría del sector más pobre de la población mundial: los tres mil millones de seres humanos que viven con menos de 2,5 dólares por día. La idea de servicio público (salud, educación, etc., para todos) y de un derecho irrevocable a los bienes esenciales para vivir con un mínimo de dignidad, fue reemplazada por la afirmación de que todo debe estar sometido a las leyes del mercado. Las “ventajas comparativas” de los Estados pasaron a ser “ventajas comparativas” de las sociedades transnacionales con diversa implantación territorial.
En esas condiciones tomó cuerpo la llamada “mundialización neoliberal”: el pasaje de un sistema de economías nacionales a una economía dominada por cuatro centros mundiales: Estados Unidos, Europa y Japón y un grupo constituido en una primera etapa por los “cuatro tigres de Asia”: Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur. Recientemente este panorama se ha modificado con el surgimiento de nuevas potencias económicas, cuatro en particular: China, India, Rusia (que se recupera de la dislocación del “socialismo real”) y Brasil.
Es el grupo llamado BRIC. Que pasó a llamarse BRICS desde la adhesión de Sudáfrica.
De estos cuatro centros se destacan tres por la concentración del capital financiero y porque en ellos están basadas la mayor parte de las grandes sociedades transnacionales. En orden de importancia: Estados Unidos, China y Europa.
Pero ese orden puede cambiar en pocos años: China aventajando a Estados Unidos y el BRICS pasando delante de Europa…”