Fiscalía señala a miembros del Batallón de Infantería Nº 43
Los falsos positivos que regaló el Erpac
Elespectador.com
De acuerdo con las investigaciones, criminales y uniformados se habrían aliado para realizar ejecuciones extrajudiciales en Vichada.
Las víctimas eran presentadas como paramilitares cuando no lo eran. / EFE
Les habían dado viajes a Santa Marta, felicitaciones y permisos de más de 30 días. Aparentemente le estaban ganando la guerra a la banda criminal del Ejército Revolucionario Popular Anticomunista (Erpac). Pero luego, Las autoridades descubrieron la ecuación repetida de las ejecuciones extrajudiciales en la estratégica región de Vichada. Con una particularidad: eran Cuchillo y sus hombres quienes les señalaban las potenciales víctimas a los uniformados del Batallón de infantería Nº 43. Llegó a tanto la complicidad entre militares y criminales que entre ellos llegó a haber falsos positivos como regalo.
Así se lo revelaron a la justicia dos soldados que hicieron parte del contingente y un desmovilizado del Erpac que confirmó todo. Unos 13 civiles terminaron muertos en este cruce de complicidades entre la banda criminal de Pedro Oliverio Guerrero, alias Cuchillo y algunos miembros de esta unidad. Ellos le narraron a la Fiscalía los pormenores de las ejecuciones extrajudiciales realizadas entre diciembre de 2006 y febrero de 2008. Con nombres y apellidos reconstruyeron la estela criminal y asignaron responsabilidades.
El Espectador conoció las intimidades del expediente. Según la Fiscalía, el contacto de Cuchillo en el batallón era el comandante, teniente coronel Óscar Orlando Gómez Cifuentes, hoy recluido y en juicio por este caso . La acusación en su contra añade que sus cómplices eran los tenientes Jaír Arturo Aguilar Restrepo y Jimmy Julián Sandoval Cortés, y el sargento Édgar Eduardo Erazo Londoño. Este último era conocido por los miembros del Erpac como Ramazotti. En total son 13 los militares señalados por un fiscal de derechos humanos por su presunta participación en estos hechos.
Los vínculos entre el Erpac y el Batallón Nº 43 eran tan estrechos que, de acuerdo con los testigos, Cuchillo llegó a proponerles a los uniformados que a una de las víctimas de los falsos positivos la hicieran pasar por su hermano, Dúmar de Jesús Guerrero Castillo, alias Carecuchillo. Quería ‘legalizar’ su muerte para que las autoridades dejaran de buscarlo. El hombre que se apoderó de los Llanos Orientales a sangre y fuego y que durante años impuso su ley en esa región necesitaba despistar a las autoridades y no encontró mejores aliados que los uniformados de esta unidad.
Uno de los testigos refirió: “En la finca La Volqueta se reunieron el capitán Aguilar y el sargento Erazo con Revólver [miembro del Erpac], para hablar de otros positivos que le iban a entregar al batallón y que Revólver les iba a comprar 10 fusiles y una ametralladora. Luego, el mismo día de la reunión con Revólver, alias Fabián [otro miembro del Erpac] les dice [a los militares] que maten a Revólver para hacerlo pasar por Carecuchillo y que quemaran la Toyota en la que iba”. La treta no funcionó, lo que molestó a los criminales. Carecuchillo fue capturado el 23 de mayo de 2008.
En otra ocasión, un miembro del Erpac conocido con el alias de Farid le entregó uno de sus hombres al teniente Erazo para que lo asesinara y lo hiciera pasar como un delincuente muerto en combate. “‘Los Cuchillos’ [Erpac] le dicen al teniente Erazo que hay un positivo al que hay que recoger”, recordó uno de los testigos. En camino hacia el lugar donde supuestamente lo recogerían, Farid le dijo a Erazo que si era capaz de matar a uno de los paramilitares que los acompañaban, “que ése era su positivo”. Entonces “le da la orden a su acompañante de que se baje a hablar con la tropa, el teniente Erazo levantó el fusil y le pegó unos tiros por un lado, luego de lo cual esta persona suplicó que no la mataran y el teniente Erazo la ultimó”.
Aunque no profundizaron en ello, los declarantes refirieron que esta alianza no era única y exclusivamente para la realización de los mencionados falsos positivos. De acuerdo con ellos, el Erpac le pagaba entre $600 millones y $700 millones al coronel Gómez Cifuentes para que los dejara realizar sus actividades delictivas y, a cambio, persiguiera a la banda rival, la de Los Macacos. Incluso, los uniformados le habrían decomisado una camioneta a Los Macacos en la que a finales de agosto de 2007 habrían transportado a otros dos falsos positivos.
La alianza con el Erpac es apenas uno de los capítulos de la oscura historia del Batallón Nº 43 que la Fiscalía intenta desenmarañar. La justicia tiene pruebas suficientes de que miembros de la cuestionada unidad habrían participado en otras 14 ejecuciones extrajudiciales, además de aquellas producto del contubernio entre criminales y militares. Los referidos falsos positivos se produjeron en hechos ocurridos el 1º y 21 de diciembre de 2006, y el 3 de noviembre de 2007. Por estos tres episodios se investiga a otros nueve integrantes del batallón.
Esta vez fueron los testimonios de los propios implicados los que revelaron lo sucedido. En un comienzo todos los señalados dijeron lo mismo: en los tres casos hubo combates con delincuentes y como producto de ellos se dieron los 14 muertos. No obstante, fueron cambiando las versiones y sus acciones quedaron en evidencia. Al principio se acusaron unos a otros; luego aceptaron su responsabilidad, aunque, al unísono, señalaron que habían actuado siguiendo órdenes de los coroneles Gómez Cifuentes y Gildardo Polanía. Este último reemplazó por unos meses al comandante del Batallón Nº 43 mientras se encontraba de permiso. Pero ni siquiera así esta práctica se detuvo, según la justicia.
De acuerdo con los testigos, ellos sabían todo lo que hacían sus subordinados, los felicitaron cuando dieron ‘resultados’ y cuando empezaron las investigaciones les dijeron todo lo que debían decir y los amenazaron. “Mentí porque temía que me legalizaran [me mataran]”, comentó uno de ellos. Otro, a modo de justificación, aseguró que si él no mataba a una de las víctimas, otro lo haría. Los relatos son tan descarnados como la violencia que durante años se ha enquistado en Vichada. En total, 22 uniformados están acusados de violaciones a los derechos humanos por los crímenes de 27 personas.
El contubernio descubierto por la Fiscalía demostró que cuando de falsos positivos se trata, la criminalidad no tiene escrúpulos.
>>Miembros del Batallón de Infantería Nº 43, General Efraín Rojas Acevedo, estarían involucrados en por lo menos 27 ejecuciones extrajudiciales en Cumaribo (Vichada).
