De prioridades y afanes
Editorial Nuevo Día, sábado 24 de julio d 2010
No deja de asombrar el afán con el que el Gobierno saliente quiere dejar atados una serie de proyectos de enorme valor y singular importancia, pese a todas las advertencias de los organismos de control, a señalamientos sustentados de amplios sectores y a potenciales perjuicios económicos que habrán de cobijar no sólo al Estado, sino a quienes deberían emplear los esfuerzos en solucionar otros graves problemas que han dejado a su paso.
El sentimiento de asombro no debería ser tan extendido habida cuenta que los subterfugios han estado a la orden del día a lo largo de ocho años o si no cómo podría explicarse que se aduzca que en Colombia no existe conflicto ni desplazados, ocurran actos de cohecho individuales con condenados por los tribunales y se persista en hacer aparecer como legal un proceso de subasta con un solo proponente.
Respecto de la última acción se han acumulado toda suerte de acciones torticeras y flagrantes violaciones del ordenamiento legal en procura de entregar, antes del 7 de agosto, a un proponente el tercer canal de televisión privado. En censurable actitud de última hora se pretende aducir un expediente leguleyo para continuar con el trámite, pese a que sobre el tema se pronunció el propio Consejo de Estado.
Algo similar aconteció con la adjudicación del tercer tramo de la Autopista del Sol por valor de 2.5 billones de pesos, un proceso plagado de irregularidades que realmente activaron las alarmas de los mismos organismos de control y produjo numerosas señales de favorecimientos indebidos.
Más les valiera a tan acuciosos funcionarios emplear el tiempo en tratar de subsanar los múltiples desaguisados que plagan la ejecución de la doble calzada Bogotá-Girardot, un trabajo abandonado que perjudica en manera grave el tránsito nacional y particularmente los intereses del Tolima y que va a quedar así expósito pese a las continuas promesas incumplidas del Ministerio para no hablar de las torpezas cometidas en el puente de Cajamarca que podrían convertirse en una catástofre económica y vial con incalculables consecuencias para el Tolima.