Aunque el desplazamiento masivo ya no es frecuente en la región, el individual ha crecido y engrosa las filas de estas víctimas, que en junio del 2008 contabilizó 126.468 en el departamento.
La Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur)mantiene su preocupación por el desplazamiento aunque asegura que las migraciones masivas ya no son comunes.
"En el Tolima no son frecuentes en este momento los desplazamientos masivos, de varias familias o comunidades enteras al mismo tiempo. Al contrario, lo más común es el desplazamiento individual, de familias o personas individuales. Sin embargo, estos desplazamientos son bastante frecuentes y hay municipios donde cada año se ve desplazada cerca del 10 por ciento de su población total, es decir que 1 de cada 10 personas que ahora viven en estos municipios, al final de año se habrán visto forzadas a desplazarse a causa del conflicto", afirmó el vocero de la agencia para la región.
Según Acnur, la dinámica del desplazamiento forzado ha variado debido a la presencia militar en las zonas históricamente dominadas por los grupos guerrilleros.
Aunque el desplazamiento es entendido como un mecanismo de protección ante una situación de riesgo inminente, para las víctimas el peligro no se detiene.
"Muchas veces, esta amenaza no cesa por el hecho de que la persona se haya desplazado sino que la persecución que motivó el desplazamiento persiste. Acnur no tiene, desafortunadamente, mecanismos para proteger a las personas ante este tipo de riesgos. Nuevamente, nuestro trabajo consiste en asistir a las autoridades para mejorar los esquemas de protección existentes, como el programa de protección de la dirección de DDHH del Ministerio de Interior y Justicia", señaló el vocero.
La población desplazada además, se enfrenta a una situación de extrema vulnerabilidad. Hambre, desnutrición, desatención en salud y violencia caracterizan a muchos de los barrios marginados donde esta población llega con demasiada frecuencia.
"Esta población es frecuentemente víctima de redes de criminalidad común, narcotráfico y prostitución, así como de personas inescrupulosas que dicen 'gestionar' las ayudas del Estado, cobrando hasta el 50 por ciento de las mismas por sus 'servicios'", agregó el funcionario.
A las causas del desplazamiento forzado por la dinámica del conflicto armado se suman las múltiples acusaciones de sospecha y supuesta colaboración con alguno de los actores de la guerra, lo que siempre pone a la población civil en medio de la disputa territorial de los grupos armados ilegales.
A este problema se suma que muchas de las zonas más afectadas por el desplazamiento son las más pobres, carecen de una optima cobertura en servicios básicos, como salud, educación y saneamiento, esto sin contar que la presencia del Estado en esas zonas ha sido históricamente precaria.
"La apuesta que hacemos por la política pública para la atención del desplazamiento en el Tolima no es una política estática, construida desde lo teórico, sino una política dinámica, de acciones concretas y actualización permanente", finalizó el vocero.
Ibagué, Bogotá y Soacha son los destinos más comunes
La gran mayoría de personas desplazadas buscan un lugar donde tengan familiares o conocidos a dónde llegar, fuera del alcance del actor que las desplazó. Así, la gran mayoría de personas que se desplazan en el Tolima, van a parar a la capital, Ibagué, a Bogotá o a alguno de los municipios cercanos a ellas, principalmente Soacha.
Lamentablemente, estas ciudades no han estado preparadas para recibir continuamente a un gran número de personas en situación de desplazamiento que necesitan reconstruir sus vidas y restablecer el ejercicio de sus derechos, por lo que las condiciones actuales de esta población aún dista de los estándares internacionales de seguridad y dignidad humana.