(NC&T) "Este estudio es la primera comprobación filogenética de la continuidad evolutiva de una expresión emocional humana", explica Marina Davila Ross de la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido. "Además, respalda la idea de que existe la risa en los monos.
Los investigadores analizaron los sonidos grabados de vocalizaciones producidas por orangutanes, chimpancés, gorilas y bonobos infantiles y jóvenes ante cosquillas inducidas, además de las de niños humanos. Un análisis cuantitativo filogenético de esos datos acústicos desveló que el mejor "árbol" para representar las relaciones evolutivas entre esos sonidos es el que concuerda con las relaciones evolutivas de tipo genético conocidas entre las cinco especies.
Los resultados del estudio respaldan por tanto la idea de un origen evolutivo común para las expresiones humanas y las de los monos, provocadas por las cosquillas.
Además, demuestran que la risa evolucionó gradualmente durante los últimos 10 a 16 millones de años de historia evolutiva de los primates.
Sin embargo, la acústica de la risa humana es diferente de la de los simios. El proceso de diferenciación de la risa comenzó cuando los homínidos se separaron evolutivamente de los ancestros comunes a bonobos y chimpancés, hace entre 4,5 y 6 millones de años aproximadamente. La diferenciación de la risa humana con respecto a las otras se forjó al exagerarse de manera muy marcada en los humanos ciertos rasgos acústicos preexistentes en esos ancestros comunes.
Por ejemplo, los sonidos de la risa humana se producen al exhalar el aire. Los chimpancés también pueden hacerlo de ese modo, pero además pueden reír con un flujo alternativo de aire, inhalado o exhalado. La vocalización humana es también mucho más estable en comparación con la de los simios, lo cual quiere decir que las cuerdas vocales vibran con notable regularidad.