Pasa el referendo ¿avanza la reelección?
AGUSTIN ANGARITA LEZAMA (*)
VIERNES 22 DE MAYO DE 2009 00:00
Con la aprobación en el Senado del trámite al referendo que permitiría una segunda reelección, muchos aplauden seguros que ésta es un hecho. Es decir, que el doctor Álvaro Uribe continuará cuatro años más como Presidente. Pero creo que están equivocados. Primero, porque piensan con las ganas y, segundo, porque no cuentan con la astucia del Primer mandatario.
El primer enemigo del referendo es el tiempo. Uribe y su equipo lo saben. Pero también saben cómo han movido sus piezas del ajedrez. Si en la Cámara se entraba la conciliación, la culpa será de Cambio Radical y de la oposición, que actuarán de espaldas a una petición de origen popular a la que el gobierno si ha estado presto a impulsar. El gobierno gana si pasa o si no pasa. Una vez surtido el trámite en el Congreso es la Corte Constitucional la que debe pronunciarse sobre la legalidad del proceso. Razones habría muchas para objetarlo. Lejos estamos de esa Corte de lujo que inauguró la constitución del 91. La de hoy está mediada por los intereses del gobierno, por lo que presagio que pasará sin problemas, manifestándose sobre la forma y no sobre el fondo, para salvar las apariencias.
El verdadero escollo será el escrutinio popular del referendo. El Presidente y su círculo lo saben. La votación para elegir presidente es la que más mueve a los ciudadanos. Más que la que elige alcaldes, gobernadores o congresistas. La elección presidencial es la que más mueve recursos económicos. Los inversionistas no van a gastarse un dineral en la campaña del referendo a sabiendas que a los pocos meses vendrá la verdadera elección, la de presidente. El Presidente y su séquito lo saben. Ese sería un problema menor. El verdadero problema son los votos. Según las cuentas se necesitarían siete millones 250 mil votos para que el referendo sea válido. Y que la mayoría vote por el si para que sea aprobada la reelección. El doctor Uribe fue elegido en el 2006 con 7.397.835 votos en elección presidencial, que ya dijimos es muy importante y movilizadora. Ahora le toca a él solito repetir esta votación en el referendo, que no es una elección que mueva el interés popular. Además, en esa votación apoyaba Cambio Radical, Gina Parody, Martha Lucia Ramírez, Omar Yépez y otros reconocidos barones electorales que hoy no acompañan la reelección. Los gremios y la iglesia no ven con buenos ojos la reelección. Muchos de los estafados por las pirámides votaron por Uribe y no lo harán ahora. Tampoco los nuevos desempleados de la crisis económica, ni los millones de desplazados ni las víctimas de la violencia paramilitar.
Uribe conoce perfectamente estas cuentas y que el poder desgasta. Sabe que en Colombia es más importante la percepción que la realidad. Por eso es un experto en medios, en publicidad, en manipular la opinión. La estrategia es ir gestando oposición blanda como el caso de El Tiempo, RCN, la Andi y la misma Iglesia católica. Uribe seguirá entregando "cositas" en los consejos comunales preparados con libreto para ser mostrados como espontáneos por televisión. Para que lo perciban como un salvador, honesto y trabajador incansable, olvidando las chuzadas del DAS, los crímenes contra la oposición y los falsos positivos, los favorecimientos a la multinacionales extranjeras ni a los círculos estrechos de poder en el país. A último momento, nos va a decir que ungido de los más altos sentimientos patrióticos, para no polarizar el país, él renuncia a la posibilidad de su reelección con la condición de escoger su sucesor y que, todos a una, apoyen al indicado. Y el escogido será Juan Manuel Santos, con quien las cosas empeorarán en gran medida y así, todos añoraremos a Uribe…
Apuesto un almuerzo en un buen restaurante de Ibagué, con cada uno de mis lectores que acepte, a que Uribe no será candidato. Que en medio de la ovación dirá que sus huesitos están cansados, que necesita volver al "gustico" del hogar y de montar a caballo sin que se le riegue un tinto, que quiere vigilar los "negocitos" de sus hijitos y que sólo pide a los colombianos, que voten por la seguridad democrática. Como en las galleras ¿Quién apuesta?
(*) Médico cirujano. Magíster en Ciencias políticas. Profesor Universidad del Tolima